“El Famatina no se toca”, es la consigna que encabeza la asamblea homónima junto con la de Chilecito, instaladas en el Alto Carrizal que conduce al cerro. Por las protestas ya hay ocho manifestantes procesados y la postura del gobierno provincial es la de defender el acuerdo con la firma. En una de sus últimas declaraciones, Beder Herrera argumentó que la primera etapa de la exploración creará “unos 200 puestos de trabajo”, que luego se convertirán en “miles de puestos para toda la provincia”, siempre y cuando comiencen las tareas de explotación.

Quien también habló -tal como ayer lo consignó este diario-, pero en estos días, fue la vocera de la empresa, Helene Thibaut, que aseguró que se “respetará la voluntad del pueblo” que se moviliza y bloquea el paso en el cerro. “También sentimos que tienen el derecho a una información adecuada antes de tomar decisiones”, dijo, pero no habló de la posibilidad de rescindir el contrato de exploración y negó que la empresa tenga “listas negras” de asambleístas.

El tema de las “listas negras” es otra arista de la problemática, puesto que los asambleístas denunciaron el año pasado sobre el hallazgo de carpetas de la empresa que contenía datos de quienes encabezan las protestas, sus direcciones, lugares de trabajo y demás datos personales. Sin embargo, el gerente de la compañía, Gustavo Zullieger, dio una particular respuesta. Dijo que “tenía información” de ese tipo, pero solo para “hablar en forma transparente” con esas personas.

En 2007, la población de Famatina jaqueó una iniciativa de la empresa Barrick Gold para la extracción de oro y cobre. El otro antecedente de marcha atrás de una minera fue en 2008, en la ciudad chubutense de Esquel, donde una consulta popular rechazó con el 81 por ciento de los votos el proyecto minero de oro y plata en el Cordón Esquel.