"A lo largo de las últimas 48 horas las cosas parece que se encauzan y esperemos que eso siga siendo así", afirmó durante una rueda de prensa, en la que aclaró que aún no mantuvo contacto con autoridades argentinas para discutir sobre ese tema, y destacó la "especial relación" que su país desea mantener con el resto de los países, "sobre todo con los de Latinoamérica. Ése debe ser un camino de ida y vuelta", dijo.

Días atrás, el funcionario español había advertido -igual que varios de sus colegas de gobierno- que cualquier "gesto de hostilidad" contra los intereses de las empresas españolas será interpretado como una muestra de hostilidad hacia España y provocará "consecuencias". De hecho, ayer se convocó al embajador argentino Carlos Bettini para que brinde explicaciones sobre lo que piensa hacer el gobierno de Cristina Kirchner con la empresa petrolera.