Quilmes había descendido en 2011 y, luego de una larga lucha siempre detrás de los punteros, quedó segundo en la tabla de posiciones tras derrotar al equipo de de Puerto Madryn. El goleador Cauteruccio destacó que el equipo tenía "mucha fe" para regresar a la Primera División del fútbol argentino, por lo que se alcanzó "un momento mágico". Consideró que la clave del triunfo fue "haber mantenido la mente bien fría, sobre todo en el primer tiempo", aunque admitió que después de los dos goles, por momentos, él y sus compañeros se desorientaban "con los gritos de la gente".

"Escuchábamos cosas y, aunque no sabíamos bien qué pasaba, nos ilusionábamos con el ascenso directo", concluyó en medio de la celebración más íntima, la del vestuario. Es que antes del partido, Quilmes se ubicaba en la zona de promoción detrás de River e Instituto, pero la caída del equipo cordobés ante Ferro Carril Oeste posibilitó el ascenso directo.

También lo favoreció que Brown haya jugado con mayoría de suplentes con la intención de preservar a sus mejores futbolistas para la promoción por la permanencia contra Crucero del Norte, de Misiones. El "cervecero" salió decidido a pasar al rival por arriba y consiguió abrir el marcador tras 17 minutos de asedio. Cauterruccio se metió al área por la izquierda pisando la pelota, eludiendo rivales, haciendo una pared con Miguel Caneo y fusiló al arquero.

Fue meritorio haber mantenido la intensidad del ataque, que enseguida se capitalizó en otro gol. A los 22, Pablo Garnier habilitó a Cauteruccio con un pase entre líneas y el delantero acomodó sutilmente el esférico junto al poste izquierdo. Con el 2 a 0 parcial, Quilmes especuló con ampliar la diferencia de contragolpe que facilitó la aproximación del rival.

El trámite del complemento fue más disputado y sucio, pero en líneas generales los dirigidos por Omar De Felippe justificaron el triunfo que devolvió a Quilmes a Primera después de una temporada en el fútbol de ascenso.