El objetivo de la ayuda es evitar que los bancos españoles quiebren y arrastren con ellos a las instituciones financieras de la región. Por eso, tras una teleconferencia de dos horas, los ministros indicaron que las ayudas estarán vinculadas con estrictas condiciones. Se aumentará la supervisión al sector financiero en España y se creará un "banco malo" para acumular las hipotecas basura.

Las entidades financieras tendrán que ser reformadas según las reglas de la Unión Europea (UE) para evitar distorsiones que resulten perjudiciales para otros competidores en Europa. Los bancos con dificultades recibirán este mes una inyección de 30 mil millones de euros. El monto total que pedirá finalmente España aún no se ha establecido debido a que las entidades tienen que volver a ser sometidas a examen.

Tras el anuncio, el Fondo, impulsor de los planes recesivos aplicados en toda la región, manifestó su apoyo a la inyección de capital, concedida después de que el Congreso español aprobara el mayor ajuste en la historia democrática del país.

Mientras la Eurozona daba a conocer su ayuda y se repetían las declaraciones de apoyo a la medida, el riesgo país de España batía un nuevo récord al superar los 600 puntos por primera vez desde la introducción del euro. Al mismo tiempo, la rentabilidad del bono español a diez años marcaba también a primera hora de la tarde un nuevo récord, del 7,178 por ciento, por encima de la línea roja de los 7 puntos.