En el marco del recurso presentado ante la Corte Suprema de Justicia por los excombatientes de La Plata, de los que también forma parte Alonso, el Procurador emitió el viernes un dictamen en el que estableció que se deben juzgar como "delitos imprescriptibles" las violaciones a los derechos humanos aplicadas por militares a sus propios soldados en Malvinas.

"Durante años estuvimos trabajando para que esto se sepa y la política de memoria, verdad y justicia, así como la desclasificación del Informe Rattenbach, son elementos cruciales que posibilitaron llegar a estos objetivos tan esperados por los soldados que fueron víctimas de estos tratos inhumanos", agregó el titular de la comisión.

Para Alonso, los excombatientes "somos las últimas víctimas colectivas de una decisión de la dictadura militar que nos llevó a la aventura bélica; la soberanía no se discute, pero sí la decisión de esa dictadura".

En la resolución, el Procurador señala que el caso exige un pronunciamiento de la Corte Suprema y asimismo indica que corresponde revocar el sobreseimiento de uno de los militares acusado por estos delitos, Jorge Eduardo Taranto. La causa incluye los 74 casos denunciados, de La Plata y del resto del país, en tanto que los imputados son unos 80 militares.

"Hay muchos que todavía no hablaron por distintas cuestiones, sobre todo por la imposición de silencio que se hizo al regreso de la guerra en plena dictadura, pero creemos que si la justicia avanza muchísimos compañeros van a empezar a denunciar las situaciones vividas", señaló Alonso.

Ahora, los ex combatientes se disponen a esperar el fallo de la Corte Suprema de Justicia. "Estamos muy confiados, sobre todo teniendo en cuenta la conformación del tribunal", dijo Alonso.

En un párrafo central del dictamen del Procurador, se establece que a una de las prácticas más habituales que los superiores aplicaban con los soldados -la del estaqueamiento- claramente puede aplicársele la palabra "tortura".

"Atar de pies y manos a un muchacho debilitado por el hambre y el frío, sujetando sus ataduras a estacas clavadas en el piso, dejarlo así acostado sobre el fango helado durante horas, inmovilizado y sin ninguna protección contra el clima inhóspito del Atlántico Sur, hasta que estuviera al borde de la muerte por enfriamiento, para así, con el pretexto de castigarlo, intimidar a él y al resto de la tropa es en sí una forma de maltrato incuestionablemente cruel, brutalmente inhumano y degradante; una de las formas de maltrato, en fin, para las que reservamos el término 'tortura'".