Ferrari había realizado tal pedido al argumentar que la contratación de un seguro de caución le dificultaba "el pago de la póliza mensual para mantener la cobertura por una suma tan elevada".

Además, manifestaron que la suma es "correcta y objetiva" a la luz de la "valoración de hechos atribuidos y condiciones económicas del imputado" por lo que se consideró "adecuada" la "importante" caución dispuesta para liberar a Ferrari.

El empresario fue detenido junto al dueño de TBA, Claudio Cirigliano, al gerente Darío Tempone y al director de Administración Daniel Rubio, porque Bonadío entendió que habían intentado obstaculizar una pericia contable al mudar documentos de las oficinas cuando el gobierno les sacó la concesión de la línea. Todos fueron excarcelados por la Cámara y tuvieron que depositar altas sumas como caución.