El portavoz militar Mohammed al Gandus señaló a la agencia estatal Lana que las tropas del gobierno ya tomaron bajo su control a todos los edificios importantes de la ciudad y "detuvieron a muchos delincuentes".

Bani Walid era uno de los últimos bastiones de los seguidores de Khadafi, quien fue asesinado por los rebeldes hace un año. La campaña militar contra los "restos del antiguo régimen" está encabezada por milicias de la ciudad de Misrata, cuyos habitantes se encuentran enfrentados desde hace mucho tiempo con los de Bani Walid.

Desde primeras horas de la mañana, cientos de soldados y milicianos progubernamentales patrullan la ciudad y sus alrededores mientras aviones militares sobrevuelan la zona para asegurarse de que en la ciudad no quedan más combatientes insurrectos. Los jefes militares prohíben la entrada a la ciudad, de la que miles de familias huyeron de los combates en las semanas pasadas, y sólo autorizaron la entrada de periodistas tras una larga espera.

El pasado domingo aproximadamente medio millar de manifestantes ocuparon la sede parlamentaria para exigir el fin de la violencia en esa ciudad, con el resultado de 22 muertos y 200 heridos por los combates. Anoche, el presidente del Parlamento, Mohamed al Magrif, máxima autoridad del país, volvió a negar que las operaciones contra Bani Walid estuvieran dirigidas contra la población y subrayó que habían sido lanzadas contra "una banda de malvados que actuaba fuera de la ley".

Bani Walid, cuna de la tribu Warfala, una de las más grandes del país, mantiene unas tensas relaciones con las autoridades, así como con la cercana ciudad de Misrata, de donde es originaria la milicia "Deraa Libia". Los roces comenzaron, en los últimos meses del levantamiento armado que acabó con el régimen de Khadafi.

La ciudad se mantuvo fiel al régimen khadafista incluso después de la caída de Trípoli, el 20 de agosto, y mantuvo en jaque a las fuerzas rebeldes hasta el 17 de octubre, cuando los combatientes fueron doblegados por las milicias, que en su mayoría provenían de la costera Misrata.

En círculos oficiales y rebeldes siempre se ha acusado de una manera u otra a la ciudad de mantenerse fiel al derrocado régimen y dar amparo a delincuentes. Sin embargo, desde Bani Walid ésto fue negado y muchos acusan a las fuerzas regulares, especialmente a las milicias de Misrata, de revanchismo y de pretender aniquilar a los habitantes de esta ciudad.