La aprobación "inmediata" del proyecto fue pedida por Dilma Rousseff el lunes, cuando se reunió con todos los gobernadores y alcaldes de las capitales provinciales del país, en el marco de un "pacto nacional" propuesto por la Presidencia para atender las demandas de las protestas que sacuden el país desde hace más de dos semanas. La propuesta de asignar el 25 por ciento de las ganancias producidas por la industria del petróleo a la Salud surgió durante el debate parlaamentario de la iniciativa original, presentado por DR, que establecía que el cien por ciento de las regalías se destinaran a la educación, tal como pretendía su antecesor, Luíz Inacio Lula da Silva.

También quedó establecido que la nueva disposición se aplique a todos los contratos firmados a partir del 3 de diciembre pasado -cuyos campos petrolíferos aún no están operativos- inclusive a aquellos cuyos campos comenzaron a producir a partir de esa fecha, aunque el contrato se haya sido firmado con anterioridad, modificación que, según el presidente del bloque oficialista en la Cámara Baja, Arlindo Chinaglia, podría ser vetada por el poder Ejecutivo. "(La nueva norma) repercutirá fatalmente en contratos ya firmados. Con toda buena voluntad (digo que) esa decisión puede derribar el proyecto entero" advirtió.

El proyecto aprobado estipula que además de las ganancias obtenidas con los royalties, se destine a la educación el 50 por ciento del llamado Fondo Social, una especie de caja de ahorro pública que también se nutre de recursos provenientes del petróleo. La idea inicial del gobierno era que se aplicaran a la educación únicamente el 50 por ciento de los rendimientos y aplicaciones financieras derivadas del mismo.