Durante una rueda de prensa en La Moncloa, obligado a hablar en la recepción del primer ministro polaco, Donald Tusk, Rajoy se mostró molesto frente a las denuncias del caso Bárcenas: "Un presidente del Gobierno no puede estar saliendo cada día al paso de las insinuaciones, rumores e informaciones interesadas que se vayan publicando".

Mientras el extesorero del partido de gobierno, admitía ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, la existencia de una contabilidad paralela en el Partido Popular, la financiación ilegal de la organización y el pago de sobresueldos a los miembros de la cúpula del PP, Rajoy se limitó a repetir lo dicho el 3 de febrero, cuando compareció ante la plana mayor de su partido: "Me ratifico en lo que dije en aquella comparecencia pública y en lo que afirmé en el debate sobre el estado de la Nación", manifestó, como si nada.

"Esto es una democracia seria y las instituciones no se someten al chantaje, y a las pruebas me remito", insistió el mandatario para despegarse de los mensajes de texto intercambiados entre él y Bárcenas que publicó ayer el diario "El Mundo" y que prueban los contactos entre ambos.

"Aquí hay un gobierno estable", afirmó, sugiriendo que no hay forma de forzar su dimisión. La estabilidad del gobierno viene dada por la holgada mayoría absoluta del PP en el Congreso de los Diputados, que hará fracasar toda moción de censura que la oposición pueda presentar.