En la página web de la Oficina de Estadísticas del Departamento de Trabajo, una "información especial" notifica que, desde el lunes 30, el día previo al cierre del gobierno, la página no ha sido actualizada. "Debido al periodo de cierre, la Oficina no recolectará datos, no emitirá informes ni responderá a consultas públicas. La web volverá a funcionar cuando el gobierno federal reanude sus operaciones", señala la nota oficial.

La ausencia de los datos del desempleo, cifra que, entre otros, le sirve a la Reserva Federal para orientar su política monetaria, se convirtió en una de las señales más visibles del cierre del gobierno, que desde la medianoche del lunes al martes ha mantenido prácticamente paralizadas a las instituciones públicas no vitales.

Por el momento no está a la vista una solución pronta al impasse, en vista de que demócratas y republicanos en el Congreso no parecen acercar posiciones, pese a las crecientes presiones para ello.

El cierre del gobierno también provocó que la Casa Blanca anunciara anoche la cancelación de toda la gira asiática de Obama prevista para la semana próxima, incluida su presencia en dos cumbres, la de ASEAN y la de la APEC, claves para los intereses comerciales de Estados Unidos en la región.

En el trasfondo de la disputa está el intento republicano, impulsado por un sector minoritario pero muy poderoso en las bases del partido, el ultraconservador Tea Party, de obligar al gobierno de Barack Obama a ceder y hacer alguna concesión, aunque sea ya sólo un retraso en su implementación, en la reforma sanitaria aprobada durante su primer mandato.

Al problema del cierre del gobierno se une, cada vez más peligrosamente, el temor a otra crisis inminente: la que se creará si el Congreso no aprueba, en los próximos días, un aumento del techo de la deuda. El Departamento del Tesoro ya ha advertido de que se quedará sin fondos suficientes para hacer frente a sus deudas contraídas el 17 de octubre a más tardar, por lo que Estados Unidos corre el peligro de caer en default.