Según los datos oficiales, 155 son las sobrevivientes de la tragedia ocurrida en Lampedusa y 310 son las víctimas, 200 de las cuales siguen siendo buscadas en el mar por tareas de patrullaje que se se mantienen desde el jueves pasado.

Ayrault sostuvo que es a las autoridades política a quienes "les corresponde reunirse para encontrar una buena respuesta, porque la compasión no es suficiente". "¿Quién puede permanecer insensible? Me afectó profundamente, quedé conmovido por las imágenes que ví", añadió.

El hecho inició en Italia un debate sobre la política inmigratoria. El presidente Giorgio Napolitano exigió nuevas leyes para actuar frente a los refugiados y solicitantes de asilo, mientras otros políticos abogaron por una reforma de la restrictiva ley sobre inmigración ilegal del año 2002.

"A la luz de esta tragedia debemos revisar una vez más la ley Bossi-Fini", dijo el presidente del Senado, Pietro Grasso. El jefe del gobierno Enrico Letta exigió un mayor apoyo por parte de la UE: "Italia debe encontrar más atención y aliados en Europa", dijo.

En tanto, la fiscalía general italiana abrirá investigaciones por inmigración ilegal contra los 155 supervivientes en cuanto sean identificados, algo que no se puede impedir con las leyes actuales. Sin embargo, aún no se abrió ninguna investigación. Los inmigrantes africanos se enfrentarían a multas máximas de 5 mil euros.