19:05 › TRAS EL FRACASO EN GINEBRA
"Se consiguieron progresos concretos en tres días de intensas y constructivas conversaciones, pero persisten diferencias", sintetizó la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien encabezó las reuniones entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con Teherán. Retomarán las negociaciones el 20 de noviembre. "La paralización del enriquecimiento de uranio es una línea roja que no será traspasada", advirtió el mandatario iraní, Hasan Rohani.
Aunque los detalles de las conversaciones no se conocen, a grandes rasgos la comunidad internacional quiere conseguir un control externo de todo el programa nuclear iraní a cambio de lo cual flexibilizaría hasta suspender las sanciones financieras y, especialmente, petroleras, que ahogan la economía de Teherán.
La reunión entre Irán, Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia, más Alemania, tuvo lugar en Ginebra desde el jueves pasado. Allí, el gobierno de Rohani dejó claro cuáles son las diferencias que aún obstaculizan un posible acuerdo. "La paralización del enriquecimiento de uranio es una línea roja que no será traspasada", advirtió el mandatario iraní, utilizando el mismo vocabulario que el presidente estadounidense Barack Obama había usado para amenazar al gobierno sirio por el presunto uso de armas químicas contra civiles.
Los cancilleres de Estados Unidos, Rusia y Reino Unido pidieron paciencia una vez terminada la ronda de negociaciones. El ruso Serguei Lavrov consideró que los encuentro "no fueron en vano" y resaltó que existen "opciones muy muy altas" de alcanzar un acuerdo, mientras que su par británico, William Hague, dijo que "todas las partes deben perseverar" y pronosticó que "existen buenas posibilidades de que se llegue a un acuerdo en las próximas semanas".
Su par estadounidense, John Kerry, también se mostró optimista al afirmar que, pese a que "la diplomacia necesita tiempo", si se mantienen en el mismo rumbo, "podremos alcanzar nuestro objetivo".
Sin embargo, hay diferencias entre los objetivos de cada uno de los países. Estados Unidos y las potencias occidentales, por ejemplo, piden que Irán, además, suspenda todo su enriquecimiento de uranio y hasta detenga la construcción de infraestructura vinculada a su programa nuclear civil, lo que Teherán rechaza.
Pero pese a las diferencias que aún subsisten, los tres días de negociaciones en Ginebra sí dieron algunos frutos y prueba de ello es que el gobierno iraní recibirá mañana lunes a un grupo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) para acordar un posible plan de inspecciones de sus instalaciones nucleares.
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