Morales aseguró que desde la llegada al poder del Movimiento al Socialismo (MAS) se recuperó la patria "que estaba en manos de los extranjeros", de organismos internacionales y Estados Unidos", y señaló que "el pueblo está ahora organizdo. Nos sometieron a dominio imperial y al saqueo neoliberal, y la respuesta fue nacionalización y refundación".

Con apoyo de recortes de prensa, Morales criticó la economía de privatización de empresas estatales de los expresidentes Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003). También apuntó a sus actuales adversarios políticos, el empresario Samuel Doria Medina, jefe de Unidad Nacional, y a su exaliado Juan del Granado, del Movimiento sin Miedo, por el apoyo que dieron en el pasado a esas políticas de saqueo y privatización.

"Yo mismo no puedo creer que estamos ocho años en la presidencia", afirmó Morales, y recordó que en 18 años con dictaduras militares (1964-1982) Bolivia tuvo 19 presidentes y desde la recuperación de la democracia (1982-2005), nueve. Tras los largos años de gobiernos militares, Morales dijo que cuando llegó a la presidencia en 2006 las Fuerzas Armadas "estaban en ruinas, desacreditadas, con la peor imagen en toda su historia y sin una doctrina". Pero esa imagen cambió "en corto tiempo", agregó, pues "restablecimos el mando, superamos su divorcio con la sociedad mejorando su equipamiento" y ahora "tienen una nueva doctrina de defensa de los recursos naturales".

El presidente también destacó la disminución de los índices de deserción escolar (de 6,5 por ciento a 1,5 en ocho años) gracias al subsidio del bono Juancito Pinto. En su alocución ante el Congreso Morales reiteró críticas a sus adversarios políticos con miras a las elecciones de octubre, fustigó la "injerencia" norteamericana y reconoció que aún hay corrupción, retardación de justicia y déficit en los servicios.