La abogada Débora Hambo explicó a Télam que, en el momento del hecho, Gonzalo no estaba armado y que el arma secuestrada "fue plantada por la policía", y dijo que, de acuerdo a testigos del barrio, las heridas que presenta el policía detenido por el episodio "fueron provocadas por un balazo disparado por él mismo, que rebotó en un adoquín de la calle".

El hecho ocurrió el sábado pasado a las 0.50 en la esquina de Estomba y Correa, en proximidades del barrio Mitre -en Saavedra- y por el crimen permanece internado, en calidad de detenido, el cabo Javier Almirón, numerario de la Comisaría 49.

La letrada confirmó que mañana se presentará ante la fiscalía del Distrito Saavedra-Núñez, a cargo de Cristina Caamaño, para poder acceder al expediente como particulares damnificados, e inmediatamente solicitará medidas para que se investigue "a toda la cúpula de la comisaría 49".

"Vamos a pedir la imputación directa del policía y pedir que se investigue a toda la cúpula de la comisaría 49. Sabemos quién fue el autor material, pero aún no sabemos quién es el responsable directo de que se haya producido tal ataque", dijo la letrada. Por decisión del juez de instrucción número 43, Diego Javier Slupski, Almirón está preso con consigna policial en el hospital, imputado del delito de "homicidio" y será indagado en las próximas horas.

"Creemos que no existió ningún caso de robo en la zona, creemos que el arma que secuestraron, y que la Policía dijo que pertenecía a Gonzalo, fue plantada, y creemos que las heridas que presenta el efectivo fueron provocadas por sus propios disparos", dijo.

Hambo relató que Gonzalo "no iba armado y no era un delincuente, tal como lo quiere hacer pasar la Policía". "Hacía tres o cuatro días que estaba en el barrio. Eran nuevos porque se habían construido una habitación en la casa de familiares. Esa noche, cuando Gonzalo escuchó a la Policía, se detuvo y levantó sus manos. Ahí mismo recibió un primer disparo en la pierna. Después recibió otros dos en el cuello y otro en la espalda", dijo la abogada.

El joven murió cuando era asistido en el Hospital Pirovano, el mismo centro asistencial al que había sido trasladado el policía Almirón. La versión policial señala que la Policía estaba intentando identificar a los sospechosos de un robo y, en medio de un forcejeo con Almirón, se produjeron disparos en los que Gonzalo terminó muerto.