Al concluir su 107° asamblea plenaria, los obispos elaboraron un texto llamado "Felices los que trabajan por la paz" en el que sostuvieron que "hay síntomas evidentes y otros más sutiles" de la violencia en la sociedad, y señalaron que un "aumento" de la "cantidad y agresividad" en los delitos producto, entre otras cosas, de "la incidencia de la droga". "De una forma o de otra todos nos sentimos afectados", dice el texto.

En este sentido remarcaron que "no se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales", sobre todo porque ese sector de la población es el que sufre "de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias".

"Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros", añade el documento.

Entre los hechos que "atentan contra la dignidad de la vida humana" se identificó: "La desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre 'barrabravas' a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza".

Se citó también al papa Jorge Bergoglio en su referencia al "desarrollo de una globalización de la indiferencia" y se pidió "reconocer las diversas crisis por las que atraviesa la familia, que es la primera escuela de paz".

Los religiosos también hablaron de una "agresividad" cada vez "más feroz y despiadada" en los asaltos, que "provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio". "La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada 'justicia por mano propia'”, dijeron.

También se refirieron a los "episodios de violencia escolar se desarrollan ante la mirada pasiva de algunos", así como también a los "muchos jóvenes ni estudian ni trabajan" que quedan "expuestos a diversas formas de violencia".

Por otra parte puntualizaron que "la corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero 'cáncer social' causante de injusticia y muerte", y expresaron que "desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte".

Dijeron, además, que hay delitos que "habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad" y se refirieron a las "mafias del crimen organizado sin freno dedicadas a la trata de personas para la esclavitud laboral o sexual, el tráfico de drogas y armas, los desarmaderos de autos robados". Subrayaron que "sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tenemos alguna autoridad".