Mientras tanto, el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, confirmó que su país no descarta el envío de una misión militar a la zona donde cayó el vuelo MH17 en el este de Ucrania si ambas partes en conflicto lo aceptan. El gobierno decidirá al respecto el fin de semana, indicó Rutte en el Parlamento, y agregó que Australia también quiere participar de la investigación de lo ocurrido.

A ocho días de que se estrellara el Boeing 777-200, que se sospecha fue derribado con un misil, aún no se han podido recuperar todos los cadáveres de las 298 víctimas, entre ellas 194 holandeses y 37 australianos.

En los próximos días llegarán al lugar de la tragedia 23 expertos holandeses para recuperar los cadáveres que restan e investigar las causas de lo ocurrido, quienes serán apoyados por 40 policías militares no armados.

Por su parte, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, prometió que entregará las imágenes satelitales que documentan el accidente del avión y muestran dónde cayeron los restos del Boeing 777-200.

A su turno, los 28 gobiernos de la Unión Europea (UE) se mostraron por primera vez de acuerdo acerca de las sanciones económicas contra Rusia, a quien acusan de proteger a los rebeldes, y coincidieron en la necesidad de dificultar el acceso de Moscú a los mercados financieros internacionales. El paquete de medidas incluye también una prohibición de futuras exportaciones de armas. Además, la UE no quiere suministrar más productos de alta tecnología y entregará de forma limitada equipamiento para la extracción de gas y petróleo.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó, entretanto, que 225.000 personas han huido de sus hogares en Ucrania a causa del conflicto.