El presidente del PSB, Roberto Amaral, admitió que la viuda de Campos hubiera sido "la candidata de ensueño" para el partido, pero aclaró que rechazó la postulación alegando el propósito de querer ocuparse de su familia tras la desaparición de su marido. Albuquerque, de 51 años, por su parte, afirmó que en lo que resta de la campaña electoral, la nueva fórmula defenderá las propuestas presentadas por el líder muerto el 13 de agosto pasado, a pesar de las diferencias que separaban a ambos candidatos.

Campos mantenía estrechos vínculos con los productores rurales del estado meridional de Río Grande do Sul y, en la década pasada, apoyó la iniciativa del gobierno de Lula de fomentar el cultivo de alimentos transgénicos en el país, mientras Silva, por el contrario, está considerada como una "enemiga" del agronegocio, en razón de sus firmes posiciones en defensa de la preservación del medio ambiente.

El diario "Folha de Sao Paulo" reveló que las últimas campañas de Albuquerque recibieron apoyo financiero de una empresa de pesticidas agrícolas, de una fábrica de armas y de una cervecera, y recordó que el estatuto del grupo Rede, de Silva, prohíbe a sus afiliados recaudar dinero de dichos sectores.

La campaña de la nueva fórmula del PSB se iniciará mañana, después de que los dos políticos hayan sido confirmados como candidatos por la Comisión Ejecutiva Nacional del partido. Según una encuesta divulgada el lunes por el Instituto Datafolha, Silva retomará la campaña en el segundo lugar en las encuestas, con un 21 por ciento de intención de votos.

A un mes y medio de los comicios, Silva es superada por la presidente Dilma Rousseff -quien buscará la reelección y lidera la disputa con un 36 por ciento de las preferencias- y con una ventaja marginal frente al senador opositor Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien aparece con el 20 por ciento de las preferencias.