“El motivo principal es la falta de apoyo a la gobernabilidad, hay falta de acompañamiento de parte del Concejo”, explicó el jefe comunal, quien agregó que “se vienen temas muy importantes, como el tratamiento del presupuesto, y con este panorama no se va a aprobar”.

Muriale sostuvo que “antes de entrar en una crisis", deja el lugar a otro "para que logre el consenso necesario” y, en relación al pedido de interpelación solicitada el jueves pasado por la Comisión de Seguridad, afirmó que dialogaron con el Concejo, pero "evidentemente una cosa es lo que uno habla y otra es lo que ese cuerpo hace”.

Según el actual intendente, la interpelación “denota una gran agresividad política", más teniendo en cuenta que el municipio está "trabajando mucho para mejorar la seguridad en Pinamar junto al ministro (de la Provincia de Buenos Aires) Alejandro Granados”, y recordó que tuvieron "un operativo de verano increíble”.

hasta la efectivización de la renuncia habrá “una semana de transición” con el actual concejal y futuro intendente, Pedro Elizalde, quien coordinará hasta el próximo 1 de septiembre diversas reuniones con funcionarios y directores para “ordenar la asunción”.

“Mi consejo hacia Pedro Elizalde es que logre un acuerdo de dos o tres pautas de políticas fundamentales, como la aprobación del presupuesto para poder gobernar tranquilo”, anticipó Muriale y dijo que espera "que todo esto sirva para que se logre un acuerdo, ya que aquí no hay una crisis económica sino política”.

El intendente precisó que en ese municipio costero “hay una división política muy grande, reflejo de ello es que hay 12 concejales y 7 bloques” y remarcó que “hay demasiada ambición de poder, lo cual perjudica a la gente”.

“Espero que esta vez la crisis política no llegue a la gente”, finalizó el jefe comunal que asumió en el cargo luego de la salida de Blas Altieri, quien el pasado 12 de julio de 2012 fue destituido por “irregularidades administrativas”, al igual que Muriale, que fue denunciado por habilitar el desmonte de la última reserva de médanos del Partido de Pinamar, ubicada entre Ostende y Valeria del Mar, para la construcción de un hotel, emprendimiento en el que participa su esposa, Paula Pittblado, como integrante del fideicomiso que iba a financiar el proyecto.