"Debemos declarar la guerra contra la guerra para que el resultado se la paz", dijo el estadounidense ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en un discurso que -como se preveía- intentó sumar respaldos a su cruzada contra la milicia radical islámica que opera en el norte de Irak y Siria y que, según datos oficiales, ya alistó a más de 3 mil europeos.

Según Obama, el Estado Islámico es el "cáncer del extremismo violento en el mundo árabe" que "ha pervertido" al islam. No obstante, se apresuró a aclarar que su país "nunca estará en guerra en contra del islam" porque rechaza "cualquier sugerencia de un choque de civilizaciones". Eso sí, añadió, "debemos tomar medidas concretas de los fanáticos religiosos y el odio que impulsan".

Además de convocar a países de occidente para "luchar" contra los jihadistas, el mandatario norteamericano instó a "las comunidades islámicas a rechazar la ideología de organizaciones como Al Qaida o el ISIS, que han aterrorizado" a varios países.

"Estados Unidos trabajará con una amplia coalición para desmantelar esta red de la muerte. Hoy le pido al mundo sumarse a este esfuerzo", insistió y, para defender los ataques de su país en Siria e Irak, afirmó que "el único idioma que entienden" los jihadistas es "el lenguaje de la fuerza".

Los ataques continuaron el miércoles, un día después de que Washington dirigiera una serie de 16 bombardeos aéreos sobre suelo sirio -los primeros contra este territorio-, con sus aliados árabes (Jordania, Bahréin, Catar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos).

Obama, además, dejó claro que Washington usará "el poderío militar en una campaña de ataques aéreos (...). Vamos a entrenar y equipar fuerzas que combatan a estos terroristas en el terreno. Vamos a cortar su financiamiento y el flujo de combatientes".

Por otra parte, exhortó al gobierno de Irán a "no dejar pasar esta oportunidad histórica" y aceptar una solución diplomática en las negociaciones nucleares, ya que "Estados Unidos está dispuesto a una solución diplomática al asunto". "Podemos alcanzar una solución que refleje sus necesidades energéticas a la vez que garantice al mundo que su programa es pacífico", aseguró.

También advirtió sobre el "riesgo" que plantea el brote de ébola en África occidental y llamó a la comunidad internacional a evitar el avance del virus: "Necesitamos un esfuerzo más amplio para detener una enfermedad que podría matar a cientos de miles, infligir horribles sufrimientos, desestabilizar economías y moverse rápidamente a través de las fronteras", dijo.