Durante la homilía de la misa que celebró en la catedral de San Pedro esta mañana, el pontífice instó a los obispos a "trabajar con generosidad, libertad verdadera y creatividad humilde", tras una encendida discusión en vísperas del sínodo entre cardenales conservadores y progresistas sobre la conveniencia de suavizar la prohibición de comulgar a los divorciados que vuelven a contraer matrimonio.

El Papa no se ha manifestado oficialmente sobre el asunto, pero en los últimos meses se mostró dispuesto a abrazar estilos de vida menos ortodoxos. Así, el pasado mes el pontífice casó a una pareja en la que la novia era madre soltera.

"El Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde el principio ha formado parte integral de su plan de amor para la humanidad", indicó en la homilía previa al inicio del sínodo.

Poco antes de que diera comienzo la ceremonia, el Papa había lanzado un mensaje en Twitter con el hashtag #prayforsynod (recen por el sínodo). "Al comenzar el Sínodo sobre la Familia, pidamos al Señor que nos muestre el camino", reza el texto.

En total, 191 obispos participan en el sínodo, cuyo objetivo es preparar un documento para un segundo encuentro dentro de un año en el que se presentarán las propuestas reformistas para que el Papa las apruebe.