El informe 2015 del CELS sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina fue presentado por Horacio Verbitsky, presidente del organismo, y un panel que contó con las presencias de Vera Jarach (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora); Diana Malamud (Memoria Activa); Victor Abramovich (director de la maestría en Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Lanús) y Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS.

"La pelea que dieron los organismos de derechos humanos contra la dictadura resultó decisiva para recuperar la democracia en 1983. Después vinieron el informe de la CONADEP y el Juicio a las Juntas, y vivimos luego un retroceso entre 1987 y 1990, con las sanciones de las leyes de impunidad y los indultos", repasó Verbitsky.

Y en ese sentido, agregó: "Pero nunca dejamos de luchar desde este movimiento y revertimos la impunidad. Con los juicios por apropiación, los procesos de la verdad y la reapertura de los juicios contra los genocidas. Por eso, nunca debemos decaer en esta batalla".

El trabajo del CELS, en sus más de 600 páginas, destaca los avances que experimentó Argentina en materia de derechos humanos en los últimos diez años, pero contiene también criticas con respecto al avance de la violencia institucional que se verifica en las cárceles. "En esta década, se produjo un avance no sólo en materia de juzgar los delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado. Se avanzó también en políticas de género e identidad, y una prueba de ello es la sanción del matrimonio igualitario", apuntó Abramovich.

No obstante, el académico señaló que el organismo ve "con preocupación el avance de la violencia institucional en las cárceles y el incremento de los abatimientos de parte de las fuerzas policiales". "Vemos que la violencia en las cárceles es una práctica que conlleva prácticas sistemáticas y va en aumento. También damos cuenta del incremento de las víctimas en los enfrentamientos armados que protagonizan los efectivos policiales, y esto incluso es valorado como algo positivo por los discursos que apelan a la mano dura", sostuvo.

Para Abramovich, "estos últimos diez años deben ser un piso para lograr mayores avances en temas habitacionales y políticas igualitarias". "Ojala que en un futuro hablemos de esta época como algo positivo que nos permitió avanzar e ir por más. Sería muy triste evocar esta década con una nostalgia tanguera si comprobamos en el futuro que retrocedimos en varios aspectos", observó.

Por su parte, Malamud ponderó el trabajo de apoyo que llevó a cabo el CELS en el reclamo de justicia que llevan a cabo los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA. "Desde 1998, cuando presentamos un juicio en la OEA contra el Estado argentino, el CELS nos acompaña y juntos logramos que en 2005, el país se declare culpable de no haberle brindado justicia a las víctimas de este crimen", señaló.

La referente de Memoria Activa afirmó que "durante años, hubo muchas personas que se enriquecieron con la causa AMIA y que ellos son parte del encubrimiento, y remarcó que "tras la muerte del fiscal Alberto Nisman" quedó evidenciado algo que desde la agrupación que integra "se había denunciado". "Las vinculaciones entre sectores del Poder Judicial y los servicios de inteligencia es algo que desde años veníamos denunciado. Seguiremos con nuestra lucha en reclamo de la verdad, y sabemos que el CELS estará con nosotros", enfatizó.

Vera de Jarach, Madre de Plaza de Mayo, consideró que la búsqueda de Justicia "en los tribunales es muy importante, pero nunca hay que resignar la lucha por la justicia social". "Creo, como Madre, que lo más importante que logramos en Argentina es evitar la venganza. Asumimos nuestro pasado, nuestra historia y eso nos permitió avanzar hacia la verdad y la justicia", puntualizó.