21:12 › FLORES
Organizaciones sociales y sindicales conformaron junto a costureros, vecinos y docentes del barrio porteño de Flores una asamblea para plantear cómo intervenir en los talleres textiles clandestinos sin caer en los allanamientos compulsivos que "criminalizan a los trabajadores" y "los dejan en la calle". El lunes pasado dos niños murieron en el incendio de unos de esos talleres.
"Nosotros hicimos una vez una denuncia y lo que vimos luego fue un allanamiento donde los policías apuntaban con armas a señoras embarazadas, a niños. No queremos esos allanamientos, pero tampoco queremos seguir así", expresó en la asamblea del sábado por la noche Juan Vázquez, integrante del colectivo Simbiosis Cultural.
De origen boliviano, Vázquez trabajó al igual que muchos de los integrantes de Simbiosis en talleres textiles y desde esa experiencia convoca a "abrir el taller". "Hay que salir de las miradas fáciles de víctimas y victimarios, hay que abrir el taller con todas sus complejidades", sostuvo. Añadió que para esto "hay que generar redes e involucrar a distintos actores", al referirse a la sociedad y también al Estado en sus diferentes estamentos.
El encuentro multisectorial fue el segundo realizado desde el lunes 27 de abril, cuando en el incendio del taller textil en la calle Páez, casi esquina Terrada, murieron Rolando y Rodrigo, dos niños de 5 y 10 años. Ese mismo taller clandestino había sido denunciado en septiembre de 2014 ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) por el legislador Gustavo Vera, quien tras el siniestro y ante la manifiesta falta de control, denunció penalmente a la vicejefa del Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, y al jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros funcionarios.
"Estas muertes llegan un mes después del escrache que hicimos en Luis Viale 1269, donde en 2006 murieron seis personas, cinco de ellos menores de 18 años, y lo primero que pensamos fue que no cambió nada", aseguró Juan. "Por eso convocamos a la asamblea del lunes a los vecinos, los docentes, las organizaciones, los sindicatos, porque tenemos que pensar cómo intervenir en los talleres de otro modo, ya se los persiguió, ya se los denunció, y no pasó nada", continuó.
La denuncia indiscriminada de los talleres y los pedidos de allanamientos compulsivos por parte de la policía fueron repudiados por más de un orador en la asamblea que se extendió durante más de tres horas y que contó con la participación de costureros, vecinos, docentes de las escuelas de la zona y también de representantes de organizaciones y de sindicatos como CTA, ATE y UTE.
"Lo que pasó después de Luis Viale fue una caza de brujas. La policía cae con sus métodos, apuntan a los niños, a las mujeres, se los pone contra la pared, a veces no se les deja sacar sus cosas", aseguró por su parte Jorgelina, otra integrante de Simbiosis. La mujer aseguró que no se defienden "las condiciones de muchos talleres", aunque llamó a "hacer algo por los costureros, para que luego del allanamiento no queden en la calle, no se los separe de sus hijos, no se tengan que ir interrumpiendo la escolaridad de los niños".
En el mismo sentido, una docente de la Escuela La Pampa, donde asistían los niños que fallecieron el lunes, relató que llamó a una mamá porque su hija había faltado y le "pidió llorando que no la denuncie; es decir que lo que vemos hoy es una gran angustia por parte de las personas que en realidad son víctimas de la situación".
Durante la asamblea también se debatió el modo en que los medios de comunicación trataron el conflicto, "centrándolo como un problema de la comunidad boliviana y utilizando palabras como clandestinos, esclavos y otras que tanto conocemos", afirmó Vázquez. Y añadió que "se habla de la comunidad y de la colectividad boliviana como si fuera homogénea y esto no es así: hay adentro un montón de clases, de intereses, hay empresarios bolivianos y hay trabajadores".
En este sentido, Verónica Gago, doctora en Ciencias Sociales y miembro de Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP), sostuvo que "hay que sacar al taller textil de este agujero negro y conectar su economía con un montón de circuitos de consumo popular que hacen que la ciudad abarate su vida". La investigadora convocó a "lanzar una campaña para desarmar estereotipos que circulan como imagen pre hecha, simplificadora y victimista de que representan estos talleres dentro de la economía popular".
Este espacio de encuentro multisectorial, que se ha denominado Asamblea Textil de Flores, volverá a juntarse el próximo sábado a las 17 en Morón 2453.
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