Ignacio Montoya Carlotto, por su parte, recordó en las redes sociales el momento en que recibió la llamada donde le fue revelada su verdadera identidad: "Hace un año recibía una llamada de un número desconocido, y de un momento a otro el frente de mi casa se me llenó de gente", evocó en Facebook el nieto restituido número 114, hijo de Laura Carlotto y Walmir "Puño" Montoya, quien durante 36 años había vivido bajo la falsa identidad de Ignacio Hurban.

Montoya Carlotto agregó que "intuí que algo o todo de lo que había hasta ahí no sería igual de ahí en más" y que "hasta ese entonces era dueño de una franca y apacible vida, materializada en unos afectos buenos que supieron acompañarme con la valentía de gladiadores y el amor de los mejores amores".

"Ese 5 de agosto de 2014 comenzó un viaje con olor a aventura y sueños de final feliz, abrazos muchos llantos, preguntas, respuestas y más respuestas que preguntas. Me encontré en el abrazo de las Abuelas, el apretujón de los tíos, y la cara de sorpresa de los muchos primos, con la alegría reflejada en lágrimas de una larga vida de búsqueda, al fin con el premio del abrazo final", añadió.

Por último, Montoya Carlotto reflexionó: "A la vuelta de este gran y muy largo año, me vuelvo a encontrar con algo que escribí hace mucho –seguramente leído de algún otro lado- que sabía, pero ahora lo sé con el definitivo valor de la experiencia: 'Las mejores cosas de la vida no son cosas'”.

Entrevistado por FM Rock and Pop, el nieto de Estela Carlotto sostuvo que la figura de sus padres biológicos "está en los tíos, primos, abuelas y en sus gestos", y admitió que trata de "acelerar" el tiempo "para poder llegar a ese lugar intenso y tierno (familiar) lo más rápido posible".

Consultado acerca del impacto que significó la noticia sobre su hallazgo, reconoció que "hubo un ejercicio de la alegría y la felicidad muy sano", con un "final feliz al que, como sociedad, no estamos acostumbrados".