"Se llegó a un acuerdo. Grecia es, e irreversiblemente seguirá siendo, miembro de la zona euro", informó en un mensaje en la red Twitter el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. De este modo, quedó aceptado el tercer "rescate" financiero de ese país, por hasta 86.000 millones de euros en tres años.

Grecia recibirá "nuevos préstamos que pueden ir hasta los 86.000 millones de euros" en los tres próximos años, señaló la Comisión. El primer pago será de 26.000 millones de euros, según una fuente cercana a las negociaciones y no se necesitará un crédito puente para que Grecia pueda reembolsar 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE) el próximo 20 de agosto, según otra fuente. Ahora el programa deberá ser ratificado por algunos Parlamentos nacionales del bloque europeo, donde se considera muy poco probable que surja un rechazo a lo ya decidido.

Más temprano, con 222 votos a favor, 64 en contra, 11 abstenciones y 3 ausencias en una Cámara con 300 diputados, el Congreso griego aprobó todas las condiciones que le exigía la UE para acceder al financiamiento que le permitirá pagar sus deudas inmediatas con los acreedores internacionales y darle liquidez a sus bancos.

Después de una larga noche de debate en el Parlamento, la votación de esta mañana servirá probablemente para solucionar un problema de Grecia, pero planteará otro: la debilidad en que quedó Tsipras, pues 32 de sus diputados votaron en contra, 11 se abstuvieron y uno no asistió a la sesión.

La coalición de gobierno entre el partido de izquierda Syriza y la formación de derechas Griegos Independientes sólo cuenta con el apoyo de 118 de sus 162 diputados, cifra que no basta para garantizar que el gobierno supere solo con el apoyo de sus diputados la cuestión de confianza en la que necesita 120 votos a favor para continuar en el gobierno.