13:55 › DARíO Y MAXI
Tras el escrache a Felipe Solá, el juez federal Ariel Lijo recordó que la causa por la responsabilidad política en los asesinatos de los militantes sociales Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, ocurridas en junio de 2002, fue reabierta hace un año, luego de que los familiares se encargaran de presentar nuevas pruebas. Lijo reconoció que nunca se puso al frente de la investigación e instó a la fiscalía para que avance.
Lijo, a cargo de la causa desde 2004, cuando fue dividida en dos partes por la Corte Suprema de Justicia, explicó que "la responsabilidad de los policías quedó en manos de la provincia de Buenos Aires y ya hay condena en esa causa. La política recayó en mi juzgado y yo se la delegué al ministerio público fiscal".
El magistrado, en diálogo con radio Vorterix, reconoció que -si bien es el juez de la causa- las investigaciones "siempre las llevó adelante" el fiscal Miguel Angel Osorio, quien en el año 2012 pidió que se archiven las actuaciones. "Todos los años escuchaba cómo los familiares hablaban mal de mí y se quejaban, y nunca dije nada porque me pongo en el lugar de ellos", manifestó Lijo.
A pesar del cierre de la causa , en octubre del 2014, "los familiares querellantes se presentaron y dijeron que tenían una nueva línea de investigación que podría arrojar algún grado de conocimiento sobre la causa archivada", precisó Lijo y agregó: "Accedí al pedido de la querella porque había nuevas líneas de investigación que deberían ser evacuadas y se la volví a delegar al ministerio público fiscal. Ahora la causa la tiene la fiscal Paloma Ochoa".
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