El líder del PRO llegó al Congreso de la Nación acompañado por la vicepresidenta, Gabriela Michetti, con quien firmó el libro de honor y luego se dirigió al recinto de la Cámara de Diputados, donde juró como el 52° presidente argentino. Dio su discurso y partió en un auto descapotable por Avenida de Mayo hasta la Casa Rosada donde, tal como él pretendía, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, le entregó la banda y el bastón de mando.

"Veo al país como un gran equipo", puntualizó el flamante mandatario frente a los diputados y senadores reunidos en la Cámara baja, quien comenzó su alocución destacando que "hoy se está cumpliendo un sueño", que concluía "una época completa sin violencia" y que había que "ser optimistas respecto de las esperanzas del futuro".

Aseguró que "este gobierno va a trabajar incansablemente durante los próximos cuatro años para que todos los argentinos, especialmente los que más lo necesitan, al terminar este mandato vivan mejor", y dijo que como presidente será "un ciudadano que pueda comunicarse con todos para transmitir dudas, certezas, ideas y esperanzas".

Habló, además, de la existencia de "datos falsos" sobre la realidad del país, motivo por el cual indicó que "es necesario reconocer los problemas para que juntos encontremos soluciones". En este sentido insistió con que ve al país "como un equipo conformado por millones de seres esperanzados" y pidió dejar atrás a "una sociedad que privilegiaba liderazgos individuales".

"Argentina es un país con enorme diversidad. Y queremos un país unido en la diversidad. Queremos el aporte de todos, de los que se sienten de derecha y de los que se sienten de izquierda, de los peronistas y antiperonitas. La diversidad nos hace mejores", enfatizó.

Luego subrayó que "necesitamos generar trabajo para ampliar la economía" y consideró que para ello será necesario "utilizar los recursos naturales". Se refirió a la necesidad de una "inversión inteligente y expansiva que ponga las bases pnara el crecimiento en la producción" y afirmó que el trabajo "es la única forma de que haya prosperidad".

"Tenemos que sacar el enfrentamiento del centro de la escena y poner en ese lugar al encuentro, desarrollo y crecimiento. En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos", dijo y agregó que "la ley debe ser respetada". Aseguró, además, que su gobierno "defenderá la libertad", criticó el "avasallamiento de las instituciones con proyectos personalistas" y opinó que "el nacionalismo más sano no se logra dividiendo".

Añadió que combatirá la corrupción y puntualizó que "los bienes públicos pertenecen al conjunto de los ciudadanos", motivo por el cual "es inaceptable que un funcionario se los quede como propios". "Voy a ser implacable. No habrá tolerancia para esa práctica abusiva."

Habló de tener una "ética del crecimiento y la superación" y pidió "celebrar la fiesta de la creatividad y la innovación". Para esto, dijo, "vamos a dar más prestigio y valor a la vocación docente" y añadió que "se mejorará todo lo que haya que mejorar" porque "queremos que Argentina entre en el siglo XXI".

Dio su "total apoyo a la Justicia independiente", a la que llamó "un baluarte de la democracia" y enfatizó que "no habrá jueces macristas". "Hay que acompañar a la Justicia que se limpie de un proceso político. No pueden haber jueces militantes de ningún partido. A quien quiere serlo le decimos no son bienvenidos si quieren pasar a ser instrumentos nuestros".

Dirigiéndose a los presidentes latinoamericanos que estaban en el recinto dijo: "Tenemos una visión nueva de la política. Somos hijos de este tiempo. Creemos en la unidad y la cooperación de América latina y del mundo y en el fortalecimiento de la democracia como única solución de los problemas".

"Sostendremos todos nuestros reclamos soberanos sin que ello impida un normal relacionamiento con los países del mundo", agregó y saludó a los candidatos que compitieron con él en las elecciones de octubre pasado. Antes de terminar el discurso, citó al expresidente Arturo Frondizi, convocó "a todos a entender el arte del acuerdo" y pidió que se le marquen los errores porque "no somos infalibles".