Tras el buen resultado de la primera vuelta, el FN, la fuerza dirigida por Marine Le Pen, entró en el balotaje de todas las regiones del país, en algunas incluso como favorito. Esto nunca había pasado antes en Francia y, por eso los partidos de izquierda, de derecha y de centro prendieron todo tipo de alarmas esta semana y llamaron a frenar el avance del FN como sea.

Al frente en 6 de las 13 regiones en la primera vuelta, el partido de Le Pen aspiraba a conquistar alguna región y escapar así de su limitación histórica, la de superar el 50 por ciento de los votos en una segunda ronda. Lo mismo sucedió en las departamentales del año pasado, cuando tras ser el partido más votado en la primera vuelta no lograron ninguna circunscripción.

Con 2 diputados y 2 senadores, una decena de municipios y 22 eurodiputados, el FN logró el pasado domingo ser, por tercera vez, el partido más votado de Francia con algo más de 6 millones de sufragios, el 27,63 por ciento. Marine Le Pen aspiraba a la gobernación de la región de Nord-Pas de Calais-Picardie y quiere disputar la presidencia en 2017.

A pesar de la derrota, que no reconoció explícitamente, Le Pen afirmó que el avance electoral del FN "ha servido para sacar a la luz la mentira en la que reposa el sistema político francés". Destacó que el partido triplicará el número de consejeros regionales con respecto a 2010.

Según las estimaciones los Republicanos del expresidente francés Nicolas Sarkozy conquistan entre 5 y 9 de las 13 regiones, mientras que los socialistas del actual jefe del Estado, Francois Hollande, que hasta ahora controlaban todas menos una, se quedarían con entre 3 y 6.

El primer ministro francés, Manuel Valls, evitó cualquier triunfalismo al término de la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas y aseguró que "el peligro de la extrema derecha no se ha eliminado". "Esta noche, ningún alivio, ningún triunfalismo, ningún mensaje de victoria. El peligro de la extrema derecha no se ha eliminado. No olvido los resultados de la primera vuelta y de elecciones pasadas", afirmó Valls.

En el mismo sentido, Sarkozy aseguró que la derrota del Frente Nacional en la segunda vuelta de las elecciones regionales "no debe hacer olvidar la advertencia de la primera", cuando los ultraderechistas fueron el partido más votado. El ex mandatario hizo un llamamiento a la unidad de la derecha y a mantener la línea de "rechazar todo compromiso con los partidos extremos".