Nada más conocerse la noticia de su muerte, el mundo de la cultura y del arte de Italia se volcó en muestras de afecto y condolencias. El ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, describió a Scola en Twitter como "un gran maestro, un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida".

"Participé en el filme 'La famiglia' y fue una gran experiencia profesional y vital estar al lado de un hombre de grandísima inteligencia e ironía", subrayó el productor y actor Andrea Occhipinti. "Con él, perdemos un gran hombre, un hombre curioso de todo lo que sucedía, nunca hipócrita y siempre con una mente abierta", agregó.

En los años 50, comenzó a escribir escenificaciones para films como "Un americano a Roma" (1954), "La grande guerra" (1959) o "Crimen" (1960). Pero sin duda una de las fechas señaladas en la vida de este genio inolvidable fue 1964, cuando dio el salto a la dirección con el filme "Se permettete parliamo di donne", con Vittorio Gassman como protagonista.

Luego vendrían otras películas como "Il commissario Pepe" (1969) o "Dramma della gelosia - Tutti i particolari in cronaca" (1970).

Solo tres años más tarde, regaló al mundo del celuloide una de las joyas más importantes del cine italiano e internacional: "Una giornata particolare", película protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroiani y su amor a la sombra del fascismo, que se convirtió en un clásico del séptimo arte.

Una de sus últimas películas fue "Che strano chiamarsi Federico!", un documental homenaje a Federico Fellini que realizó en 2013 para conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte del director de "Ocho y medio" (1963).