El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, quien dio inicio al juicio político a la presidente Dilma Rousseff, anunció hoy su renuncia al cargo, en el marco de una serie de acusaciones y procesamientos en su contra por varios escándalos de sobornos y corrupción vinculados al caso Petrobras.

Cunha, gran antagonista de la suspendida presidenta Dilma Rousseff, estaba apartado del cargo desde mayo después de que la Corte Suprema lo acusara de interferir con las investigaciones en su contra. Antes de su suspensión, el político evangelista había impulsado el proceso de destitución ("impeachment") contra Rousseff, también suspendida desde mayo y actualmente a la espera de una decisión definitiva sobre su permanencia en el cargo.

"Estoy pagando un alto precio en relación al 'impeachment'", dijo Cunha al anunciar hoy su renuncia en una rueda de prensa en Brasilia. El legislador sostuvo que está siendo "perseguido" por parte del Poder Judicial y aliados de Rousseff.

"Quiero agradecer a todos los que me apoyaron en esa persecución y venganza de la que soy víctima", añadió Cunha, correligionario del actual presidente interino, Michel Temer, en el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Cunha aceptó en diciembre el pedido de destitución contra Rousseff horas después de que el Partido de los Trabajadores (PT) de la mandataria avalara el inicio del proceso en contra del presidente de la Cámara baja. El político enfrenta dos procesos en la Suprema Corte y varias denuncias de haberse beneficiado con los desvíos de fondos ocurridos en el ente estatal Petrobras. Además, es objeto de un proceso de impugnación de su mandato como legislador en la Cámara Baja, por haber ocultado tener cuentas bancarias en Suiza. Según las autoridades helvéticas, las cuentas fueron usadas para depositar el dinero fruto de presuntos sobornos.