21:12 › EL TESTIGO QUE LLAMó AL 911, SIN MUCHO MáS QUE APORTAR
Jesús Ojeda, el testigo que llamó al 911 para denunciar la presencia de un presunto intruso en el convento de General Rodríguez durante la madrugada del 14 de junio, declaró ante el juez federal Daniel Rafecas que nunca antes había entrado a ese lugar pero que solía ver "mucha gente" ingresando los domingos, algunos de ellos en autos de alta gama.
Ojeda, que trabaja como repartidor de pollos, alertó a la policía bonaerense sobre la presencia de un extraño revoleando bolsos hacia el interior del monasterio en la madrugada, que resultaría ser el exsecretario de Obras Públicas José López.
El denunciante declaró que llamó al teléfono de emergencias pasadas las 3.15 y que 15 minutos más tarde llegó la policía, algo que en realidad ocurrió a las 3.50. Según sostuvo ante Rafecas, esa madrugada se despertó preocupado porque escuchó ruidos afuera de su casa y creyó que le estaban robando la camioneta que utiliza para el reparto de pollo, por lo que se asomó a la ventana.
Fue entonces cuando el testigo dijo que observó a un hombre tirando "bolsas negras" por encima de un tapial hacia el interior del convento y que se acercó a la escena para hacer notar su presencia, hecho que no habría alterado los planes del exfuncionario quien, a pesar de verlo, saltó el portón.
Tras ese episodio, Ojeda dijo que llamó al 911 y cuando llegó la policía les relató lo ocurrido y les pidió que ingresaran al convento para revisar que no hubiera ningún problema con las monjas que viven allí, algo que los efectivos policiales le dijeron que no estaban en condiciones de hacer.
La semana pasada, uno de los policías que participó del operativo atestiguó que tras llegar al convento mantuvieron un diálogo a través del portero eléctrico con alguien que se encontraba en el interior y dijo que allí no había entrado nadie.
Cuando al fin lograron entrar al convento, los policías -según su propio relato- atravesaron los 100 metros que separan al portón de entrada de la casa principal y detectaron que había un hombre comiendo bizcochos.
Antes de ingresar a la casa, vieron el arma con el que el hombre había llegado y fue allí que decidieron detenerlo, cuando aún no sabían que se trataba de un exfuncionario y que había entrado con 9 millones de dólares.
En su declaración de hoy, Ojeda afirmó que cerca de las 6 se alejó de la escena para ir a buscar a su mujer al trabajo. Cuando volvió, los policías le pidieron que oficiara de testigo del procedimiento y fue entonces que ingresó por primera vez al convento.
Además le dijo al juez que tuvo oportunidad de ver el cargador del arma con la que López entró al convento, según quedó registrado en las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del lugar y difundidas por televisión hace poco más de 10 días.
El testigo declaró que nunca antes había ingresado al convento y que los domingos solía asistir mucha gente, algunos incluso en "autos y camionetas de alta gama", pero que no los conocía.
En tanto, esta mañana, Fernando García, uno de los abogados de López le concedió una entrevista a Radio Nacional en la que dijo que su defendido le aseguró que era objeto de un seguimiento "ilegal" realizado por los servicios de inteligencia.
"Textual, lo que dijo López, es que un sector de los servicios de inteligencia lo siguió de forma ilegal", sostuvo el abogado, quien sin embargo aclaró que "no habló de la Secretaría de Inteligencia, porque si el organismo hubiera actuado lo hubiera hecho dentro de una actividad lícita".
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