14:13 › EL BRASILEñO CONDUJO EL FúTBOL MUNDIAL DURANTE 24 AñOS Y ESTABA INVOLUCRADO EN ESCáNDALOS DE CORRUPCIóN
El brasileño Joao Havelange, ex presidente de la FIFA, murió hoy a los 100 años de edad. Estaba internado desde julio por neumonía. El antiguo jerarca de la FIFA tenía desde hace tiempo frecuentes problemas de salud que lo habían llevado al hospital al menos unas cinco veces desde 2012.
El cuestionado dirigente y ex deportista brasileño dirigió al ente rector del fútbol mundial durante casi un cuarto de siglo y convirtió al organismo en una poderosa maquinaria de ingresos durante esos 24 años.
Jean Marie Faustin Godefroid Havelange, un exnadador olímpico nacido en Rio de Janeiro e hijo de un acomodado comerciante de armas belga que huyó de la Primera Guerra Mundial, fue el primer no europeo en presidir la FIFA, de 1974 a 1998.
Durante su gestión transformó de pies a cabeza la institución: el fútbol dejó de ser solamente un deporte para convertirse en espectáculo de multitudes y en uno de los programas televisivos más rentables. También tuvo un papel clave para conseguir que Rio fuera elegida sede de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica -que se celebran hasta el 21 de agosto- y que Brasil acogiera el Mundial de fútbol de 2014.
En 1998, Havelange pasó a retiro y su delfín, el suizo Joseph Blatter, ocupó la presidencia de la FIFA hasta que en 2015 fue suspendido por seis años de toda actividad relacionada con el fútbol. En noviembre de 2011 Havelange tuvo que renunciar al Comité Olímpico Internacional (COI), que integró durante 48 años, para evitar su posible expulsión por denuncias de corrupción. También renunció como presidente honorario de la FIFA en 2013, después de que el comité de ética del organismo que rige el fútbol mundial concluyera que recibió sobornos durante su etapa al frente de la institución.
Havelange era investigado por sus lazos con la exagencia de marketing de la FIFA International Sport and Leisure (ISL), que declaró la quiebra en 2001 con deudas por unos 300 millones de dólares. Fue acusado de recibir un millón de dólares a cambio de que ISL conservara los derechos de televisión del Mundial de Fútbol, según denuncias difundidas en un documental de la cadena británica BBC.
En el 2000, con 84 años, Havelange fue interrogado por el Congreso brasileño sobre denuncias por enriquecimiento ilícito, tráfico de armas y soborno. Entonces, se quejó amargamente de lo que consideró una canallada de los medios. Jamás fue llamado a juicio pese a que su nombre fue asociado al escándalo.
Havelange era suegro del brasileño Ricardo Teixeira, a quien protegió e impulsó como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) por 23 años. Teixeira renunció a su cargo en 2012, también envuelto en denuncias de corrupción. Tres años después estallaría en Suiza el escándalo en la máxima entidad del fútbol mundial, que llevó a prisión al sucesor de Teixeira, el brasileño José Maria Marin, acusado de corrupción por la justicia estadounidense al igual que Marco Polo Del Nero, actual presidente de la CBF, y otros dirigentes mundiales.
Havelange, además, fue el primer gran enemigo público de Diego Maradona en su cruzada contra la FIFA. La primera escaramuza se remonta a 1986, cuando Maradona denunció junto a otros jugadores "la impiedad de la FIFA" de hacer jugar bajo el arrasador sol del mediodía en estadios de México durante el Mundial. La sangre no llegó al río y no hubo huelga de jugadores como se amenazaba antes de aquel torneo, que llevó al Diez a la cima del mundo como campeón y a un reinado que duró varios años.
Luego, en el Mundial de Italia-1990, Diego señaló a Havelange entre sus "enemigos íntimos" y se negó a darle la mano al recibir la medalla del segundo puesto, detrás de la Alemania campeona con un 1-0 de penal. "Tenemos orígenes distintos. La relación es imposible, por más que él (Havelange) diga que me quiere como a un hijo, como a un nieto, como a un bisnieto", ironizó en aquel entonces el capitán argentino.
Fue la FIFA conducida por Havelange la que lo castigó con una suspensión de 15 meses cuando Maradona dio positivo en un control antidoping tras un partido de la liga italiana con la camiseta de Napoli en abril de 1991.
El máximo enfrentamiento llegó en el Mundial de EEUU-1994, cuando el jugador fue llamado de urgencia de su retiro para liderar un equipo que se perfilaba como candidato al título, pero que se derrumbó con su segundo escándalo de doping tras el partido que Argentina le ganó a Nigeria 2-1.
Con la aprobación de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el ídolo fue excluido del plantel y se lo volvió a castigar con una suspensión. "¡Me cortaron las piernas!", bramó indignado el jugador considerándose víctima de una conspiración. Havelange rompió el silencio y disparó: “Fue calificado como un toxicómano, y por eso fue apartado del Mundial 94. Nosotros nos ajustamos al reglamento".
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