14:51 › LAS CLAVES DEL PLAN OFICIAL QUE LLEVARá EL GOBIERNO A LA AUDIENCIA PúBLICA
Por Fernando Krakowiak
El Ministerio de Energía subió ayer a la web de Enargas la propuesta de aumento de los precios del gas que llevará a la audiencia pública del 16 de septiembre. En el documento, adelantado en sus puntos centrales por el ministro Juan José Aranguren el lunes por la noche a un grupo de periodistas, entre los que estuvo Página/12, sobresale la intención oficial de reducir los subsidios elevando a partir de octubre el precio del gas en boca de pozo que pagan los usuarios de 1,29 a 3,42 dólares el millón de BTU (unidad calórica de medición, equivalente a unos 27 metros cúbicos) para luego actualizar esa cifra semestralmente hasta llegar a 6,78 dólares en octubre de 2019, fecha en la que solo quedarían en pie los subsidios contemplados en la tarifa social. La principal ventaja para las petroleras es que les ofrece un horizonte de precios creciente que no tiene relación con los costos sino con la paridad de importación. Así buscan incentivar la inversión.
En el documento se afirma que el año pasado el país consumió en promedio 128 millones de metros cúbicos de gas por día. El 37 por ciento lo demandaron las usinas, el 29 la industria, el 25 los usuarios residenciales, el 6 el GNC y el 3 por ciento restante los comercios. La industria pagó en promedio 4 dólares el millón de BTU, las usinas y el GNC 2,6, los hogares 0,89 y los comercios 0,19 dólares. En el caso de los residenciales, los 0,89 dólares no eran la tarifa plena sino lo efectivamente pagado ya que usuarios se vieron beneficiados por amparos judiciales, beneficios promocionales a la Patagonia y descuentos por ahorro en el consumo. En promedio, el mercado pagó 2,5 dólares el millón de BTU durante 2015.
La oferta para abastecer esa demanda provino en un 71 por ciento de los productores locales que obtuvieron una remuneración promedio de 4,72 dólares el millón de BTU, cifra que surge de ponderar los 2,49 dólares que las petroleras recibían por la producción vieja y los 7,33 dólares que cobraban por la producción adicional respecto de sus valores históricos. El resto de la oferta se completó con importación: 12 por ciento de gas de Bolivia a un precio promedio de 6,71 dólares por millón de BTU, 11 por ciento de Gas Natural Licuado a 11,54 dólares y 6 por ciento de gasoil a 12,91 dólares. En promedio, el gas costó el año pasado 5,83 dólares el millón de BTU. La diferencia entre esa cifra y los 2,5 dólares promedio que pagó la demanda fue cubierta por 5.700 millones de dólares de subsidios. De ese total, el Estado destinó 3600 millones a pagar importaciones y 2100 millones a la producción local a través del Plan Gas.
En el caso de los usuarios que se abastecen a través de la red de distribución, todos los hogares más las industrias y comercios comprendidos en las categorías P-1, P-2 y P-3, el valor pleno de la tarifa desde la entrada en vigencia de la resolución 226/2014 contemplaba un precio de gas en boca de pozo, promedio ponderado de las distintas cuencas, de 0,71 pesos el metro cúbico. Esa cifra traducida a dólares por millón de BTU era de 2,36 dólares en octubre de 2014 con un dólar de 8,2 pesos. En marzo de este año, devaluación mediante, el cálculo había que hacerlo con un dólar de 14,96 pesos. Por lo tanto, lo que pagaban esos usuarios cayó a 1,29 dólares por millón de BTU, la cifra que toma Aranguren como punto de partida.
En el aumento aplicado a partir de abril, el ministro elevó el precio que pagaban esos usuarios de 1,29 a 4,72 dólares por millón de BTU, un 266 por ciento. “Lo que quisimos hacer fue llevar el 1,29 que heredamos de la gestión anterior a 4,72 dólares, que era el precio promedio de remuneración del productor local. Queríamos de un golpe eliminar el subsidio a la producción local. Que los usuarios pagaran por el precio de esa producción y que el Estado nacional siguiera haciendo frente al subsidio a la importación”, aseguró Aranguren el lunes. Los 4,72 dólares por millón de BTU eran un promedio ya que los usuarios de las categorías más bajas (R-1, R2-1, R2-2 y R2-3) iban a pagar 2,86 dólares. Las categorías medias (R3-1, R3-2 y R3-3) abonarían 5,04 y la categoría R3-4 unos 7 dólares por millón de BTU. En algunos casos, ese esquema se tradujo en tarifas con incrementos superiores a 1000 por ciento, lo que motivó numerosas protestas hasta que finalmente la Corte Suprema anuló el ajuste para los hogares.
La nueva propuesta es elevar el precio del gas en boca de pozo para ese universo de 1,29 a 3,42 dólares en octubre y seguir ajustando cada seis meses hasta llegar a 6,78 dólares en octubre de 2019. Al igual que en el plan inicial, el precio será diferente según la categoría. Las más bajas comenzarán pagando 2,17 dólares, las del medio 3,82 y la más alta 5,29 dólares por millón de BTU. A su vez, para los usuarios de la Patagonia, que venían abonando precios sustancialmente menores, habrá un esquema más gradual, que podría extenderse también a los que vienen pagando cifras bajas por haberse beneficiado con amparos. El objetivo es evitar que vuelvan a aparecer subas astronómicas como la última vez. Aranguren aseguró el lunes que con este esquema el aumento promedio será de 203 por ciento respecto a los valores vigentes durante el kirchnerismo y las facturas para los hogares oscilarían entre 107 y 953 pesos mensuales sin impuestos, aunque volverán a subir en seis meses. El plan es eliminar los subsidios gradualmente y garantizarle a las empresas un horizonte de rentabilidad en ascenso que no tiene relación con los costos, los cuales no se explicitan, sino con los precios del mercado internacional.
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