Jue 08.09.2016

15:17  › EN JULIO SE PRODUJO UNA NUEVA CONTRACCIóN EN LA FORMACIóN BRUTA DE CAPITAL

Más que lluvia, hay sequía de inversiones

La crisis internacional, la recesión brasileña, la caída de la demanda interna, el aumento del desempleo, la reducción de la obra pública, el endurecimiento en las condiciones de financiamiento y la apertura comercial son algunos de los factores que explican por qué la prometida “lluvia de inversiones” estaba condenada a convertirse en un “goteo amarrete”. Las estimaciones del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala y los datos elaborados por la consultora Orlando Ferreres & Asociados (OJF) evidencian que ni la transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados ni el supuesto shock de confianza permitieron recomponer la formación bruta de capital. El ITE estimó para julio una contracción interanual en la inversión de 17,3 por ciento y el estudio OJF calculó una reducción de 9,6 por ciento medida en volumen físico (descontando el efecto de los precios).

Las compañías que abastecen al mercado interno, ya sea una pyme textil riojana o una multinacional alimenticia estadounidense instalada en el conurbano, invierten cuando esperan un incremento en la demanda. La contracción en la capacidad de compra de los salarios y la amputación del rol contracíclico del gasto público vuelven improbable una reactivación del consumo que lleve a los empresarios a relanzar sus proyectos de ampliación o la incorporación de mejores máquinas. Pero, incluso en un escenario donde el mercado interno recupere cierto dinamismo, elementos novedosos en la escena macroeconómica como la apertura comercial, la minimización de la intervención estatal o la flexibilización de las iniciativas del Banco Central y la Anses para promover el financiamiento de mediano plazo atentan contra la promocionada “lluvia de inversiones”.

Tanto la consultora que encabeza Orlando Ferreres, ex directivo de Bunge & Born y ex viceministro de Economía en 1989, como el ITE que depende de ATE Capital y de la Unión de Trabajadores de la Educación advierten que la contracción de la inversión está liderada por el pobre desempeño del componente vinculado a la construcción. La caída en los indicadores fue de 23,1 por ciento y 13,5 por ciento, respectivamente. Para explicar la merma en ese rubro de la formación bruta de capital se conjugan la decisión del Gobierno de paralizar la obra pública durante la primera parte del año, el desmantelamiento del plan de créditos para la construcción de viviendas Pro.Cre.Ar, el frenazo en la exploración petrolera encabezado por YPF y la baja de los proyectos de ampliación y mejoras en las fábricas.

“La inversión en empresas pequeñas y medianas del sector manufacturero está detenida, son compañías nacionales que sin estar apalancadas por líneas de inversión productiva no tienen acceso a financiamiento. Salvo que sea un negocio de nicho, sin demanda y sin crédito nadie puede ni quiere invertir”, explicó el economista Arnaldo Bocco. Desde la perspectiva del ex director del Banco Central, “algunas grandes firmas como Arcor o Manaos invierten pero sin mover el amperímetro de la economía, el resto está achicando y viendo cómo cubre el día a día, hay mucha capacidad instalada excedente”. Por su parte, las inversiones en los sectores industrial y agropecuario orientadas hacia los mercados externos se ven afectadas por el menor dinamismo de las compras, fundamentalmente desde Brasil, y la retracción en los precios internacionales.

“Las medidas tomadas por el Gobierno desde diciembre configuraron un cambio de paradigma en términos de modelo de crecimiento. La intención fue generar un shock de confianza en los mercados internacionales, que permitiese atraer flujos de inversiones extranjeras hacia al país, algo que no sucedió porque se trató de una decisión equivocada, en el momento equivocado”, advierte el investigador del Conicet, Roberto Lampa, en el último número de la revista Coyuntura y desarrollo publicada por FIDE. El desempeño de los flujos de IED hacia la región muestra una caída de 22 por ciento en 2015. Por eso, el economista de origen italiano consideró “Argentina decidió ‘volver al mundo’ de una manera completamente voluntarista, ignorando deliberadamente los cambios de expectativas y los movimientos de capitales que caracterizaban ese mismo mundo. No solo no se materializó ninguna lluvia de dólares o inversiones extranjeras por efecto de un supuesto shock de confianza, sino que ni siquiera se ha producido algún shock de confianza”. Desde su perspectiva, “el fracaso de la estrategia de crecimiento por medio de la IED en un contexto de fuga pujante y fuerte inflación, ha creado otro problema: evitar corridas contra el dólar que amenacen el nivel de las reservas del Banco Central”.

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