La decisión de la conducción de la CGT de desactivar el paro tensó al máximo la relación entre los gremialistas que dicen que hay que hacer la medida de fuerza porque el Gobierno dio poco y nada y aquellos que le dan crédito a Mauricio Macri. En ese contexto, la reunión del Consejo Directivo prevista para ayer, en la que iba a quedar planteado el enfrentamiento entre esos dos sectores, no se hizo. Aún cuando algunos ánimos están caldeados, en la central sindical prima la idea de que la profundización de las diferencias beneficia a la administración macristas y que es preciso preservar la unidad.

En medio de la discusión en la CGT en el Boletín Oficial apareció publicada ayer la convocatoria formal del Gobierno a la mesa de “Diálogo para la Producción y el Trabajo”. En eso habían quedado el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, en la reunión con la CGT, tras la cual hicieron los anuncios con los que consiguieron dejar sin efecto el paro.

Lo que el Gobierno aseguró es que habrá un bono de fin de año de mil pesos para jubilados que ganen la mínima y hogares beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. También, que estará exento del pago del Impuesto a las Ganancias el medio aguinaldo de diciembre para aquellos que cobren hasta 30 mil pesos brutos y parcialmente para quienes cobren hasta 55 mil pesos. Todo lo demás será cuestión de lo que se verá en la mesa de diálogo.

“Estamos a la expectativa el miércoles que viene para completar el esquema nuestro”, dijo a Página/12 el titular del gremio de la sanidad y miembro del triunvirato que conduce la CGT, Héctor Daer. “El paro está suspendido, pero todavía no lo descartamos. El último capítulo no está resuelto”, sumó el estatal Andrés Rodríguez, uno de los sindicalistas afectos al diálogo. Daer precisó que la expectativa sindical es obtener en esa discusión con los empresarios a la que convocó el Estado “un bono piso para todos los trabajadores del sector privado que se haga extensivo a los estatales”.

Ese, sin embargo, no es el plan del Gobierno. Lo dejó claro Quintana cuando ayer le preguntaron sobre la posibilidad de establecer una compensación de fin de año para todos los trabajadores y que cada sindicato negocie después con el empresariado, que ya salió a plantar bandera contra la idea del bono y más aún generalizado, si es factible mejorarlo. “No, lo que queremos es generar un espacio de diálogo, de lucha contra la pobreza, que es un elemento esencial para la creación de empleo”, respondió tajante el funcionario.

Triaca, por su parte, destacó que el bono para los sectores más vulnerables y la exención en Ganancias “es el esfuerzo” que la administración macrista puede hacer y agregó: “Más allá de las enormes dificultades, tenemos que mirar el contexto en el que está el Gobierno en relación a los recursos fiscales.” Las declaraciones del ministro de Trabajo no dan la idea de que haya intención de otorgar a los estatales una compensación en diciembre para remediar mínimamente la pérdida del poder adquisitivo que produjo la inflación de todos estos meses. En los gobiernos provinciales y municipales tampoco hacen fila para anunciar que darán bonos de fin de año.

La conducción de la CGT tiene por delante la doble tarea de modificar ese escenario y calmar el frente interno. Ayer se renovaron las críticas de los sectores que impulsan el paro. “En el Confederal de la CGT la postura mayoritaria fue ir a un plan de acción. La conducción deberá explicar por qué no”, declaró el secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense, Héctor Amichetti, quien advirtió que “no puede ser que no se hayan puesto los despidos como tema central” y que “si la discusión se centra en el bono estamos perdidos”. Señaló en ese sentido que “se deben contemplar los problemas de todos los sectores” y que “la CGT no ha interpretado la problemática que tenemos en una gran cantidad de gremios”.

Los gráficos bonaerenses están enrolados en la Corriente Federal de Trabajadores, que tiene por referente al bancario Sergio Palazzo y hace meses pregona que es necesario implementar un plan de lucha contra el ajuste implementado por Macri. En ese marco ha articulado distintas acciones con las CTA y acompañó la multitudinaria Marcha Federal organizada por esas centrales, cuyos dirigentes ayer reiteraron su decisión de avanzar con un paro y volvieron a criticar la actitud de la conducción cegetista.

Los gremios de la Corriente Federal de Trabajadores adelantaron la posibilidad de confluir en una huelga con las CTA y no son los únicos que evalúan esa alternativa. “Camioneros también podría sumarse”, dijeron en el moyanismo, el otro sector cegetista que fogoneó en el Confederal la convocatoria a la huelga.

El secretario adjunto de ese sindicato, Pablo Moyano, se anotó entre los más críticos a la desactivación del paro y amagó con dejar su lugar en la conducción cegetista. Son varios los moyanistas que piensan que “el Gobierno no da respuestas o da respuestas que no satisfacen las demandas de los trabajadores”, pero chocan con Hugo Moyano, que hace otro análisis. “Su lectura es que los quilombos son heredados, pero Macri dialoga y da algo”, contó a este diario un gremialista al tanto del pensamiento del líder camionero y descartó una ruptura con la CGT: “El que define es él y va a priorizar la unidad.”

Al margen de las diferencias, la idea que prima en la CGT es que la división de la central es pura ganancia para el Gobierno, que opera con ese objetivo. En ese marco, Daer buscó poner paños fríos frente a las declaraciones de Pablo Moyano. “Es un dirigente que tiene esa costumbre de adjetivar permanentemente los actos. Respeto las expresiones, pero no hay lugar para una ruptura, a nosotros nos costó mucho la unidad y todos sabemos hacia dónde vamos”, dijo.