La policía bonaerense y el Ministerio de Seguridad de la provincia confirmaron oficialmente que ocho de los heridos fueron trasladados al hospital de Hurlingham y dos al Posadas.

El accidente se produjo pasadas las 12, en el paso a nivel sin barreras que hay entre las calles Villegas y Cañuelas.

Allí el interno 68 de la línea 237 cruzó las vías y fue embestido por el tren conocido como "El Gran Capitán", que se dirigía desde al terminal porteña Federico Lacroze (en Chacarita) hacia Posadas, Misiones, un servicio especial que explota la empresa Trenes Especiales Argentinos (TEA).

El representante legal de TEA, Ricardo Amuy, explicó que el colectivo "se separó de la línea de donde estaban otros autos y cruzó las vías".

Una joven dijo por el canal TN haber visto a una "camioneta blanca que cruzó las vías, luego el colectivo y fue atropellado", y aseguró que las bocinas del tren se venían escuchando "desde hacia varias cuadras".

Esta misma testigo dijo que la primera víctima en ser atendida fue una mujer "que estaba inconsciente".

En principio, versiones dieron cuenta de que cinco personas habían muerto, pero con el correr de los minutos dependencias oficiales y desde TEA confirmaron la existencia solo de heridos, aunque los números variaban, según la policía y la empresa.

"La información que tengo a partir de gente nuestra en el lugar es que había 6 heridos leves y dos con traumatismos de alguna consideración", dijo Amuy a esta agencia una hora después de haberse producido el accidente.

Por esos momentos, informaciones de la policía bonaerense daban cuenta en su primer parte de que había "entre 15 y 20 heridos".

Finalmente, un jefe policial en William Morris y el Ministerio de Seguridad bonaerense confirmaban que había diez personas internadas.

Rápidamente bomberos y la policía asistieron a los heridos y fueron derivados a los hospitales cercanos.

La circulación de trenes por ese lugar es aislada, habida cuenta que solo pasan por allí trenes de carga y el Gran Capitán, que hace un viaje ida y vuelta por semana, por lo cual los parroquianos suelen llamarle "la vía muerta".

Sin embargo, tras producirse el accidente los vecinos se quejaron de que los pedidos para que coloquen barreras no son escuchados.

Algunas piedras volaron de vecinos cuando el intendente Luis Acuña se presentó ante esta situación en la zona del accidente, y ante el malestar de los lugareños optó por volver a su vehículo y dejar la zona.

Fuente: DYN