En los procedimientos, fueron detenidas numerosas personas, entre ellas, 24 uruguayas que residen en ese país europeo, en situación ilegal.

Mientras tanto en Uruguay, efectivos de Interpol investigan la posibilidad de que una rama de ese grupo delictivo continúe captando a mujeres incautas con la promesa de obtener importantes trabajos en Europa que les redituaría ventajosas ganancias. Luego descubren que todo es un engaño.

Lo concreto, es que la Policía Nacional española, indicó que el pasado mes de mayo, se recibió información sobre esta organización que traficaba mujeres en Paraguay, Brasil y Uruguay. Uno de los principales cabecillas de la banda, J.M.C., tenía a su cargo varios clubes y era quien entregaba dinero a los sujetos cuyo cometido era obtener la documentación y los pasajes para que las mujeres realizaran el viaje. Cuando arribaban al citado país se enfrentaban a la cruda realidad, indicó el Diario Ultimas Noticias.

Está claro que sabían muy bien a lo que iban, pero el engaño consistía en que nunca lograrían obtener las sumas que les prometían. Porque los individuos les manifestaban que tenían una deuda de cinco mil euros por concepto de traslados y documentos y eso se pagaba de una sola manera: ejerciendo la prostitución en los centros nocturnos regenteados por la organización.

Y encima, había que sumarle los gastos de comida y alojamiento los que definitivamente las convertían en esclavas sexuales. El centro neurálgico de la gavilla estaba en Cantabria y una de las bases principales tenía asiento en Castilla y León.

Cuando los policías obtuvieron todos los elementos necesarios de prueba, comenzaron el amplio operativo que culminó con las capturas de los principales de la organización, y la ubicación de 28 mujeres, 24 de ellas de nacionalidad uruguaya, dos brasileñas y otras dos paraguayas. Todos contaban con residencia ilegal en España.

Durante los allanamientos realizados, se incautaron armas, documentos apócrifos, valioso material informático y dinero. Todos están a disposición de la Justicia.

En Uruguay, los funcionarios de Interpol colaboran en las investigaciones ya que se presume que aún hay integrantes de la banda operando en distintos puntos de la Banda Oriental.

Fuente: Télam.