En medio de ese complicado panorama en amplias zonas del norte argentino, en Corrientes, los pobladores y las autoridades locales temían por el incesante aumento de nivel del río Paraná.

Más de 800 evacuados se habían registrado hoy en el extremo oeste de Formosa, donde las aguas del Pilcomayo ya habían superado las defensas en las localidades de María Cristina, Lote 8, El Breal y Santa Teresa.

Ante esto, el gobierno provincial relocalizó a pobladores afectados y distribuyó alimentos y elementos para la construcción de refugios en zonas altas, además de enviar médicos para controlar la situación sanitaria.

En esferas oficiales admitieron que esperan para el fin de semana que el número de evacuados sea superior, probablemente unos 3.000, y ante esto resolvieron reforzar la asistencia, vía aérea, en vehículos de doble tracción y en canoas.

La zona afectada es habitada principalmente por aborígenes y pequeños establecimientos ganaderos, donde no existe señal de telefonía celular, luz eléctrica y tampoco rutas pavimentadas.

En tanto, en Santiago del Estero la creciente del río Salado significó que esta mañana tuvieran que ser ayudadas a salir de sus casas 10 familias que residen en el norte provincial, donde había unas 600 personas damnificadas, entre evacuados, autoevacuados y aislados en parajes, informó el vicegobernador a cargo del Ejecutivo, Emilio Rached.

La creciente del Salado se constituyó en un nuevo frente para el gobierno santiagueño en cuanto a la asistencia, ya que desde hace días sufre una situación similar el sur provincial por la crecida del río Dulce.

Rached dijo que en el norte los afectados eran residentes de la zona de bañados de los departamentos Copo y Alberdi.

La creciente de ese río se debe a las intensas lluvias que se venían registrando en las últimas semanas en Salta.

Rached admitió su preocupación porque los pronósticos advierten sobre nuevas y fuertes lluvias para la provincia en los próximos días, lo que complicaría la situación.

El Comité de Emergencia informó que como consecuencia del desborde del Dulce quedaba una veintena de personas de esta capital y en La Banda evacuadas, mientras que en el sur provincial continuaba la asistencia a familias aisladas.

La creciente del Pilcomayo también estaba afectando a pobladores del noreste de Salta y hoy amenazaba con superar el terraplén de tierra construido alrededor de la localidad más importante, Santa Victoria Este, a unos 650 kilómetros de la capital provincial, donde viven poco más de 3500 personas.

Pero seguía siendo impreciso el número de evacuados y de personas que quedaron aisladas en los parajes más alejados del departamento, en su mayoría comunidades aborígenes muy pobres.

En Santa Victoria Este las aguas permanecían muy cerca de superar el anillo que rodea el pueblo por lo que la situación era "dramática", afirmó Beatriz Molina, propietaria de un almacén.

"Esto es algo que se repite todos los años. Siempre tenemos que vivir con el mismo miedo, casi sin dormir esperando que llegue el agua", afirmó, tras lo cual se quejó porque "las grandes obras de defensa que el gobierno dice haber construido, son un terraplén de tierra, de 2 metros de altura que rodea el pueblo".

Las acciones de ayuda a los afectados, se llevan a cabo a través de helicópteros de la Gendarmería y la Provincia, que llegan hasta las zonas donde se encuentra la agente aislada proveyendo de alimentos, ropa y medicamento.

En Corrientes, las costas de la capital sufrieron hoy un nuevo avance de la creciente del río Paraná, potenciada por la lluvia que se desató sobre el norte de la provincia, que frenó la llegada de turistas a las playas.

En el puerto local la escala oficial superó los 5,20 metros con tendencia creciente y un clima inestable.

En tanto, el director de Defensa Civil de la provincia, Francisco Espinoza advirtió que la creciente continuará el fin de semana, pero estimó que de cumplirse los pronósticos "no necesitaríamos llegar a la evacuación de personas".

Fuente: DyN