Federer ya acumula cuatro triunfos en Wimbledon, tres en Australia y Estados Unidos, y sólo le resta ganar Roland Garros, torneo en el que el año pasado perdió la final ante el español Rafael Nadal.

El suizo obtuvo el abierto de Australia sin ceder un sólo set, algo que nadie había logrado desde el sueco Bjorn Borg en Roland Garros en 1980, hace 27 años.

Borg lo había hecho antes dos veces mas: en 1976 en Wimbledon y en 1978 también en París, mientras que en Australia el que lo consiguió fue el local Ken Rosewall, en 1971.

"Lo felicito a Fernando, que es uno de los tenistas más queridos del circuito, y me alegro que haya accedido a su primera final al igual que felicito a su entrenador Larry Stefanski y su equipo por el logro concretado", dijo Federer luego de recibir su cheque por el equivalente a un millón de dólares.

Por su parte Fernando González, luego de responder a los gritos del numeroso grupo de compatriotas diciéndoles en español "yo también los quiero", sintetizó lo vivido en este certamen tan especial para él.

"Estas dos semanas han sido muy singulares para mi, teniendo la gran satisfacción de acceder a la final; felicito nuevamente a Roger, él siempre juega grandes partidos", dijo González, en declaraciones a la prensa.

González, quien jugó su primera final de Grand Slam, se mostró muy sólido en el primer parcial y hasta contó con dos points cuando sacaba 5-4.

Pero el chileno dejó pasar su oportunidad y luego Federer se quedó con el set en el tie break.

González requirió la atención del fisioterapeuta antes del inicio del segundo set, como consecuencia de una caída, y recibió masajes en su espalda.

Un sólo quiebre concretado por Federer le permitió al suizo llevarse también el segundo set, pero no sin esfuerzo, dado que el tenista latinoamericano, al contrario de los anteriores rivales del número uno le ofreció dura lucha.

El tercer y definitivo parcial fue prácticamente un calco del segundo, ya que Federer volvió a quebrar al chileno en el séptimo juego y pese a la resistencia entablada punto a punto, el gran favorito mantuvo su saque y volvió a apoderarse de la corona australiana.