El cadáver fue encontrado en horas de la tarde en una casa ubicada en la avenida Avellaneda y Honduras, a 10 cuadras de la Plaza Independencia y en cuyo frente funciona una conocida farmacia, donde peritos de la policía tucumana intentaban esta noche dilucidar el móvil del crimen.

Los investigadores allanaron la vivienda luego de realizar cruces de llamadas entre el teléfono de Cruz y el del comercio, lo que derivó en el hallazgo del cuerpo y la detención de la dueña de lugar y sus dos hijos de 23 y 28 años.

Cruz, contadora del Colegio de Farmacéuticos local, permanecía con paradero incierto desde el último martes, cuando su auto fue encontrado con las llaves puestas y las ventanillas bajas en la terminal de ómnibus de esta ciudad, a pocas cuadras de la farmacia.

Efectivos de la policía local habían comenzado la búsqueda durante la madrugada de ayer, luego de que los encargados de la custodia de la terminal denunciaron ante la comisaría 11 el abandono del vehículo.

Familiares de Cruz habían declarado entonces que no tuvieron noticias de ella desde que, en la mañana del martes, la contadora les avisó que haría compras en el supermercado vecino a la terminal, donde dejó su automóvil.

Cruz vivía con su madre de 77 años en una vivienda de esta capital.

En un principio, los investigadores creyeron que la mujer había viajado hasta la ciudad de Buenos Aires, luego de que al parecer había mantenido una disputa con una de sus hermanas, pero el entrecruzamiento de llamadas telefónicas orientó la investigación hacia la farmacia.

Un guardia que vio el martes a Cruz en la terminal dijo que la contadora le advirtió que había estacionado el vehículo en una zona prohibida cerca de la puerta de salida del estacionamiento, tras lo que la mujer le respondió que planeaba regresar en "pocos minutos".

Fuente: DyN