Los artesanos aseguraron que "fracasó" la inauguración de una feria situada en la zona para atraer a los manifestantes, al indicar que quedaron desocupados "80 de los 120 puestos" ofrecidos.

"No nos vamos a ir hasta que nos brinden un lugar con igual circulación turística que la Plaza Cortázar", remarcó en declaraciones a DyN Martín Arce, uno de los delegados de los feriantes.

El lunes último, empleados del gobierno porteño colocaron vallas alrededor del espacio público, al tiempo que 97 artesanos optaron por permanecer en la plaza, situada en el cruce de las calles Honduras y Serrano.

Los feriantes retiraron sus puestos y montaron carpas, donde permanecen para rechazar la propuesta de traslado de la Comuna a un predio ubicado en el pasaje Darwin, entre la avenida Juan B. Justo y las vías del ferrocarril San Martín, en Palermo Viejo.

"Ese es un basurero remodelado. Es un lugar inseguro, donde, hace un mes, un hombre mató a cuchillazos a un chico que rompió una ventana sin querer cuando estaba jugando", sostuvo Arce.

Voceros del gobierno porteño indicaron que la Comuna impulsa el traslado de los artesanos en medio de "un plan de reordenamiento" del barrio de Palermo, con el fin de "evitar el colapso de los espacios verdes".

Añadieron que el predio situado en el pasaje Darwin es un "destino transitorio", ya que los artesanos podrían ocupar en seis meses un "sitio definitivo", un galpón situado en el cruce de las calles Bonpland y Honduras, donde funcionaría un polo cultural.

"Ahí, el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) administra un merendero y un comedor. No nos vamos a prestar a que se nos utilice para una guerra de pobres contra pobres. En asamblea, ya decidimos rechazar esa posibilidad", precisó Arce.

En el 2005, los artesanos resistieron un desalojo que había sido ordenado por una fiscal contravencional para iniciar obras en la plaza, tendientes a instalar un puesto de información turística y un escenario para eventos musicales.

El conflicto recrudeció al vetar el gobierno porteño una prórroga otorgada por la Legislatura, que avalaba el funcionamiento de la feria.