00:00 › JUZGAN A UN MéDICO MEXICANO DEL EJéRCITO ESTADOUNIDENSE POR NEGARSE A IR A IRAK
Un médico del ejército estadounidense de origen mexicano, que no quiso regresar a Irak al considerar esa guerra como inmoral, fue hallado culpable de deserción hoy por un tribunal militar norteamericano en Alemania y podría ser sentenciado a siete años de cárcel.
El especialista Agustín Aguayo admitió hoy ante la corte militar de Würzburg, en el sur de Alemania, que abandonó sin permiso la base estadounidense de Schweinfurt para no ser enviado nuevamente a Irak, donde había servido en 2004 en la ciudad de Tikrit, informó el diario El Universal de México.
"Sabía que la unidad debía trasladarse a Irak, su señoría", dijo Aguayo al tribunal con voz serena y agregó que "deliberadamente no asistí al traslado".
Aguayo sostuvo que su conducta fue la de "ausentarse" y no la de abandonar el Ejército, pero el juez coronel Peter Masterton consideró acreditado el delito de deserción.
El tribunal aún no decidió la pena que será aplicada que, de acuerdo a los reglamentos militares puede incluir la suspensión del pago del salario, la degradación y el despido deshonroso.
El médico tiene 35 años, posee nacionalidad mexicana y estadounidense y es miembro de la Primera División de Infantería estadounidense.
Aguayo se basó en en criterios morales contra la guerra, cuando fue requerido para retornar a Irak en septiembre de 2006, y se negó a ser trasladado con su unidad, informó el diario español El Mundo en su edición digital.
En esas circunstancias decidió salir de la base militar donde residía, viajó a California pero tres semanas más tarde se entregó a las autoridades estadounidenses que lo recluyeron en la prisión militar de Mannheim a la espera de un juicio militar.
Desde hace dos años, tras haber cumplido uno de servicio en Irak, Aguayo intentó que se lo reconozca como objetor de conciencia, pero solicitud fue rechazada hace un mes por el ejército estadounidense sin argumentación alguna.
En su pedido, Aguayo recordó que en su año de servicio como soldado no combatiente participó incluso en patrullas que "podían ser mortales tanto para americanos de Estados Unidos como para iraquíes".
"Lamento mi participación porque en el fondo fue un aporte a la guerra. Me declaro objetor de toda guerra sobre la base de mi educación religiosa y de mi fe. Debo defender mis principios y valores morales y dejarme conducir por mi conciencia. Por eso no pienso acudir esta vez al traslado de mi unidad", afirmó el médico en su solicitud.
El proceso contra Aguayo es seguido atentamente por distintas ONGs, como el Military Counseling Network, y grupos pacifistas estadounidenses que rechazan la competencia del tribunal militar para juzgarlo.
Las organizaciones humanitarias señalan que el juicio militar atenta contra la resolución de la comisión de Derechos Humanos de la ONU que atribuye esa competencia únicamente a entidades imparciales e independientes.
El caso provocó incluso la intervención de las autoridades mexicanas, cuyo Gobierno anunció el pasado 21 de febrero que condena el proceso contra el soldado sanitario.
"Es un preso de conciencia y una nueva víctima del afán militar del presidente George W. Bush" , afirmó entonces el senador del Partido de la Revolución Democrática mexicano Silvano Aureoles Conejo.
Fuente: Télam
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