"Siguiendo las indicaciones de mis abogados, ahora no voy a declarar y no voy a contestar preguntas", enunció frente al estrado el capellán, de 69 años de edad, mientras el presidente Néstor Kirchner celebró que la Justicia haya sentado en el banquillo a curas que, "como Von Wernich, deshonraron a la Iglesia, a los pobres y a los derechos humanos".

A más de tres décadas de la dictadura, Von Wernich comenzó a ser enjuiciado hoy bajo cargos de siete homicidios, 42 secuestros y aplicación de tormentos en 31 ocasiones, los cuales serán ventilados por el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata, integrado por los jueces Carlos Rozanski, Norberto Lorenzo y Horacio Insarraulde.

Tras la lectura de la acusación y el interrogatorio a Von Wernich, que se amparó en su derecho constitucional de negarse a declarar, el tribunal dispuso un cuarto intermedio en el proceso, que se reanudará el martes próximo.

Esposado, el cura ingresó a las 11.19 a la sala de audiencias, vestido con camisa oscura, el alzacuello propio de la indumentaria eclesiástica y un chaleco antibalas, y se sentó junto a sus abogados, Juan Martín Cerolini y Marcelo Peña, detrás de un blindex de protección.

Luego de ser liberado de las esposas, Von Wernich leyó algunas piezas del expediente, en una sala en la que sobresalían las Madres de Plaza de Mayo, sentadas con sus pañuelos blancos junto a dirigentes de organizaciones de Derechos Humanos.

El juez Rozanski, presidente del tribunal, abrió la audiencia con la lectura de la acusación, que incluyó los homicidios de Domingo Moncalvillo, María del Carmen Morettini, Cecilia Idiart, María Magdalena Mainer, Pablo Mainer, Liliana Galarza y Nilda Susana Salomone.

Interrogado sobre sus condiciones personales, el capellán repasó brevemente su trayectoria en la Iglesia y sus estudios, y contó que tiene "una jubilación del ANSES de 250 pesos", por su actividad docente, la cual completaba "con ingresos por fuera de la Iglesia" cuando estaba libre, es decir antes de su arresto en 2003.

Las pruebas reunidas en el proceso penal señalan que Von Wernich visitaba los centros clandestinos de detención para obtener información de los prisioneros, a los que simulaba brindar apoyo espiritual y prometía la libertad.

Carlos Zaidman, uno de los sobrevivientes de la represión ilegal en la ciudad de La Plata, recordó que "escuché" al sacerdote dentro del "centro clandestino de detención en el que estuve secuestrado".

"El hablaba con los secuestrados, a cara descubierta y presentándose como el sacerdote Von Wernich. Trataba de sacar información para dársela a Camps. Decía que si hablábamos nos iba a ir mejor", declaró.

Zaidman habló con los periodistas a las puertas de los tribunales.

Fuera de la sede judicial, también habló con los periodistas el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y reiteró que los delitos que se le imputan a Von Wernich "son de lesa humanidad", por lo que no prescriben.

La legisladora porteña electa Patricia Walsh sostuvo, a través de un comunicado, que "Von Wernich es el símbolo de una cúpula eclesiástica cuya mayoría convalidó los crímenes de la última dictadura militar".