La formación de Ferrobaires se detuvo en la media noche de hoy en la localidad de Villa Pardo dejando a los pasajeros sin agua ni alimentos. Se estima que llegará a destino a las 21:00 de esta noche cuando tendría que haberlo hecho a las 7:45 de esta mañana.

El tren partió desde la estación Constitución ayer a las 19:35 y dejó de funcionar pasadas las cero horas de hoy en el pueblo de Villa Pardo, y según la empresa llegará a destino recién a las 21:00.

A las 11:30 llegó una locomotora enviada por Ferrobaires para reemplazar a la defectuosa, pero ni esa ni otras dos que llegaron después funcionaron correctamente.

Al cabo de unos minutos de marcha, la última quedó fuera de servicio, esta vez a 10 kilómetros de la localidad de Azul, en el paraje llamado Vicente Pereda, pasado el mediodía, según informaron sus pasajeros y fuentes policiales.

"Ahora estamos a 10 kilómetros de Azul. Ya cambiaron tres máquinas y ninguna sirve. Las arreglan con piolines. Es una vergüenza", contó Elsa Bay en diálogo telefónico.

Pasadas las 15:00, la cuarta locomotora -la tercera de repuesto- fue reparada y recomenzó el trayecto, aunque muy lentamente.

Raúl Tévez, responsable de la estación Bahía Blanca de la línea Ferrobaires, dijo "nos confirmaron que a las 15:02 la formación logró ponerse en marcha, por lo que llegaría a Bahía Blanca alrededor de las 21:00", cuando tendría que haber llegado a las 7:45.

El tren varado "tuvo un problema en la máquina y logró ponerse en marcha" tras varios intentos con "otras máquinas".

Según los pasajeros, la empresa les prometió que enviaría micros para continuar el trayecto, pero no sucedió, y a la espera se le sumó el hambre y la sed, pues las provisiones del bufete del tren se acabaron a la mañana -tras ser "saqueadas" por los pasajeros, que llevaban medio día sin ingerir alimento alguno.

Sólo pudieron comer algo las personas que tenían dinero para comprar en los mercados de Villa Pardo, donde estuvieron varados las primeras once horas y media.

"Falta el agua para los pasajeros, no hay más alimentos en el bar y la situación está cada vez más complicada porque nadie sabe qué va a pasar", explicó Bay, antes de descender a las 16 en Azul para continuar su trayecto en auto, con su hijo, hacia la localidad de General La Madrid, a 100 kilómetros de Olavarría.

Durante la espera en el paraje previo a Azul, la comisaría de esta ciudad envió agua para los pasajeros, aunque todavía no había noticias de la empresa y tampoco llegaban los alimentos.

En tanto, mientras duró la primera de las dos grandes esperas, un grupo de pasajeros inició un fuego en los pastizales junto a las vías, y amenazaron con incendiar todo el tren si la empresa no daba una solución, informaron los pasajeros y fuentes policiales.

El foco incendiario fue apagado por los bomberos de la localidad de Las Flores, cercana a Villa Pardo, y el resto de las personas manifestaron temor por lo que podía llegar a pasar.

"En el fondo, en el último vagón, viajan parientes de los internos del penal de Sierra Chica, y por la bronca quemaron pastos junto al tren. Tuvieron que apagarlo los Bomberos. Nosotros nos bajamos y nos quedamos en el camino de tierra", informó Bay.

Indignados por la falta de atención por parte de la compañía, que ahora pasará a manos del Estado, otro grupo de pasajeros comenzó a juntar firmas y planeaba hacer una denuncia policial.

Claudio Castro, uno de ellos, contó que "pasadas las 15 vinieron de la empresa y le hicieron algo a la locomotora. Le cargaron la batería o algo así, y ahora estamos yendo muy lento. En unos minutos llegaremos a Azul y no sé qué va a pasar ni qué voy a hacer".

Cuando llegaron a Azul, algunos descendieron y decidieron proseguir el viaje de otro modo, o volverse a Buenos Aires, pero la gran mayoría no tenía esa posibilidad.

Fuente: Télam