La medida de fuerza fue dispuesta por La Fraternidad (conductores) pocas horas después de que algunos de sus afiliados fueran atacados por pasajeros enardecidos por una interrupción del servicio que en realidad había sido originada por un suicidio.

Poco después de iniciada, se conoció que desde las 8 -por razones organizativas- se sumaba a la medida la Unión Ferroviaria, que representa a empleados, guardas, boleteros y obreros de vías y talleres, "porque no es la primera vez que sucede", explicó un vocero de esa entidad.

El inesperado estallido del conflicto, en el que confluyeron los dos mayores sindicatos del riel, llevó a las autoridades laborales a evaluar la posibilidad de una urgente convocatoria de sus dirigentes para primera hora de la mañana para buscar una salida.

La Fraternidad tomó la iniciativa "en defensa de la integridad física de los trabajadores, su seguridad y la preservación de las herramientas de trabajo", según informaron los dirigentes Omar Maturano y Horacio Caminos.

"La protesta fue decidida a partir de que los usuarios de esa línea casi matan esta tarde (por ayer) a dos trabajadores que no salieron con su formación, por las demoras producidas en el ramal a partir de que un suicida se arrojó sobre la vías de la estación Avellaneda".

Los sindicalistas subrayaron que, como en otras oportunidades en que el público reaccionó con violencia, el origen de la interrupción del servicio "en nada se relaciona con la responsabilidad del personal".

El episodio que desencadenó el conflicto ocurrió alrededor de las 18 de ayer en el kilómetro 4 de la línea Roca (estación Avellaneda) y provocó demoras en la salida de trenes desde Plaza Constitución en una hora de alta congestión de tráfico.

El servicio se reanudó alrededor de las 19.40, después de que equipos de rescate retiraran de las vías el cadáver del suicida, señalaron los dirigentes.

Pero la demora llevó a los usuarios a una reacción violenta, "Incendiaron un vagón en la estación Constitución como forma de protesta e intentaron agredir y corrieron a dos maquinistas, quienes debieron refugiarse en una casilla y casi son linchados por el público", relataron los sindicalistas.

En mayo pasado, en el más grave de este tipo de incidentes, decenas de usuarios generaron una batahola en Constitución cuando se anunció la cancelación de algunos trenes en la hora pico, y destrozaron la boletería e incendiaron una oficina policial, pero no atacaron comercios ni agredieron a trabajadores ferroviarios.

Ante el cariz del nuevo episodio, el secretariado nacional de La Fraternidad declaró la huelga de dos días en la línea Roca, y poco después se sumó la Unión Ferroviaria.

"A pesar de que la actividad ferroviaria se encuentra en una situación alicaída e intente recuperarse, la gente no puede responsabilizar a los trabajadores por situaciones que en nada dependen de ellos. ¿Hasta dónde se pretende llegar?", se preguntaron Maturano y Caminos.

En tanto, el director nacional de Negociación Colectiva del Ministerio de Trabajo, Adrián Caneto, tomó inmediatamente intervención en el conflicto y se aprestaba en las primeras horas de hoy a convocar a los dirigentes para buscar una solución.

Fuente: Télam