Según datos oficiales y escrutado el 89 % de los votos, Lee del Gran Partido Nacional obtenía el 48,2 % mientras que su más inmediato perseguidor, el oficialista Chung Dong-Young, reunía el 26,7 %, lo que representaba el margen más amplio en la historia democrática de Corea del Sur.

La oficina de la presidencia de Corea del Sur felicitó a Lee, ex alcalde de Seúl, por su triunfo electoral, mientras que el líder conservador triunfante anunció que servirá a todos los habitantes del país con una actitud modesta y dedicará sus esfuerzos a lograr la reactivación de la economía surcoreana.

Por su parte, Chung reconoció en una conferencia de prensa su derrota al manifestar que "acepto lo que el pueblo decidió hoy. Espero que el presidente Lee Myung-Bak guíe bien el país", informó la agencia alemana DPA.

Lee, de 66 años, fue alcalde de Seúl (2002-2006) y directivo de la constructora Hyundai, y es exitoso hombre de negocios inmobiliarios que le permitieron acumular una fortuna de unos 37 millones dólares.

En 1992 ingresó a la actividad política y fue elegido diputado de la Asamblea Nacional, aunque se vio forzado a renunciar a su banca en 1998 por violar las leyes de financiación electoral.

Como alcalde de Seúl logró reciclar un pequeño río que cruza la ciudad y, a pesar de la oposición inicial por el elevado costo del proyecto, el río se convirtió en un oasis verde muy apreciado por los habitantes de la capital surcoreana.

Ante la opinión pública tiene una imagen contradictoria: para sus simpatizantes es la esperanza de la recuperación de la economía nacional, pero sus detractores le reprochan su integridad moral y su capacidad política para alcanzar compromisos.

La llave de su contundente victoria parece ser su reputación como eficaz administrador y su capacidad de liderazgo.

"Cuando prosperan las empresas, lo hacen también su entorno y la economía en general", dijo en campaña. Su lema electoral era igual de sencillo: "¡Sean exitosos!".