Jue 03.01.2008

00:00  › LA VIOLENCIA POLíTICA Y éTNICA YA PRODUJO MáS DE 340 MUERTES EN UNA SEMANA

Policía reprime manifestación opositora y se agrava crisis en Kenia

La policía keniana intentaba el jueves en Nairobi dispersar por la fuerza a cientos de partidarios de la oposición que pretendían participar en una manifestación convocada por el principal candidato opositor en las presidenciales de la semana pasada, Raila Odinga, y prohibida por las autoridades luego.

La policía utilizó cañones de agua, disparos al aire con balas reales y gases lacrimógenos contra los partidarios de Odinga, que se habían reunido en torno a unas barricadas en llamas cerca del barrio de chabolas de Kibera, uno de los feudos del líder opositor.

En la mañana del jueves no se había informado de ninguna nueva víctima. La oleada de violencia política y étnica que estalló en Kenia tras el anuncio de la victoria en las elecciones del 27 de diciembre del presidente saliente Mwai Kibaki dejó hasta ahora 342 muertos, según un conteo realizado a partir de información de fuentes policiales y de los depósitos de cadáveres.

"Tuvimos que dispersarlos porque no se les autoriza a manifestar en la ciudad", declaró un comandante de policía, Herbert Khaemba.

"Recordamos una vez más que esta concentración fue declarada ilegal y que toda persona que tome parte en ella será tratada según la ley", advirtió el portavoz de la policía keniana, Eric Kiraithe.

Nairobi se despertó el jueves en un clima de estado de sitio, con miles de policías desplegados en la capital para reprimir la manifestación, convocada por Odinga tras varios días de disturbios.

Todos los accesos a Kibera -la mayor villa miseria de la ciudad, donde Odinga es diputado- habían sido cerrados por la policía antidisturbios y las fuerzas paramilitares.

En el centro de la ciudad, miembros de la policía paramilitar se desplegaron en torno al parque Uhuru, donde Odinga había pedido a sus partidarios que se reuniesen.

Rollos de alambrada impedían el acceso a un hotel cercano al parque.

La actividad había vuelto el miércoles a la capital keniana tras una semana de parálisis total, pero los comercios volvieron a cerrar el jueves por temor a los enfrentamientos.

Unas 100.000 personas se vieron desplazadas por la violencia en los últimos días, según la Cruz Roja keniana, que el jueves lanzó una petición de donaciones por valor de 7,5 millones de dólares.

Los esfuerzos diplomáticos se aceleraron con la esperanza de que Kibaki y Odinga se sienten a conversar para evitar que el país se sumerja en el caos.

El premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu viajó a Nairobi para unirse a los esfuerzos de mediación.

La visita a Kenia del presidente de la Unión Africana, John Kufuor, que en un primer momento fue anunciada la noche del miércoles, no había sido confirmada en la mañana del jueves.

Por su parte, el gobierno keniano consideró que la situación no requiere una mediación.

"El presidente Kibaki está dispuesto a hablar con todos y en todo momento", declaró el miércoles el portavoz del gobierno, Alfred Mutua. "Sin embargo, hay que subrayar que Kenia no está en guerra y no necesita ni mediadores ni fuerzas de mantenimiento de la paz", agregó.

Odinga acusó a Kibaki de falsear el resultado electoral manipulando por lo menos 300.000 votos.

Las dudas sobre la credibilidad de los comicios crecieron tras las reciente declaraciones del presidente de la comisión electoral keniana. "No sé si Kibaki ganó la elección", afirmó Samuel Kivuitu, que sin embargo había proclamado la reelección de Kibaki con más de 230.000 votos de ventaja.

Fuente: AFP

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