El hallazgo fue hecho por un equipo de especialistas del Museo Paleontológico de San Pedro, en un área fosilífera de la zona conocida como Campo Spósito, a 10 kilómetros de esa localidad.

Las piezas se encontraron desperdigadas en un sector de 2.500 metros cuadrados, donde los expertos vienen trabajando desde hace seis años.

José Luis Aguilar, jefe del equipo, informó que los restos corresponden a un mamífero conocido con el nombre de Toxodon y fueron descubiertos recientemente, durante las últimas excavaciones en el lugar.

El toxodon era un animal con un aspecto similar al rinoceronte y pesaba aproximadamente una tonelada y media, con una longitud de 3 metros y una altura de 1,70 metros.

Fueron mamíferos gigantes y de andar lento, que se desarrollaron en América del Sur a fines del Plioceno, hace más de 2 millones de años, y desaparecieron hacia comienzos del Holoceno, hace aproximadamente 9.000 años, cuando se consolidó la población humana.

Entre las numerosas piezas encontradas se encuentran un cráneo muy completo, cuatro fémures, dos escápulas, tres ramas mandibulares, varias costillas, falanges, vértebras, diferentes piezas dentales, fragmentos de pelvis, una tibia con la fíbula articulada, dos radios y un húmero completo.

Asimismo, entre los restos desenterrados en el sitio se observan notables diferencias de tamaño, lo que indicaría, posiblemente, que se trata de mamíferos de diferentes edades.

El yacimiento donde se produjo el hallazgo está conformado por sedimentos correspondientes al lecho de un río que recorrió la región hace 500.000 años y que concentró una gran cantidad de piezas óseas de la fauna que habitó aquel ecosistema.

Debido a la fuerza de arrastre que ejercía aquel curso de agua no se puede asegurar, aún, si se trata de un mismo grupo o si son ejemplares aislados cuyos restos fueron transportados, a lo largo del tiempo, hasta ese sector por acción del río.

Eran animales herbívoros y se los asocia, mayormente, a ambientes cercanos a ríos o lagunas.

El toxodon, como otros herbívoros de América del Sur, no estaba emparentado con ninguno de los grupos conocidos de mamíferos de otras partes del mundo.

La parte anterior de su cráneo y sus mandíbulas estaban diseñadas en forma de pala que, equipadas con enormes piezas dentales, les permitían cortar y machacar grandes cantidades de vegetación en cada bocado.

Poseían largos caniniformes que, aparentemente, habrían sido su arma de defensa.

En algunos de los ejemplares hallados estas piezas dentales llegan a medir unos 30 centímetros de longitud.

Aguilar destacó que la continuidad de las excavaciones en el yacimiento de Campo Spósito arrojará, seguramente, más datos necesarios para el estudio de la fauna de mamíferos que habitó la prehistoria de Argentina.

Fuente: Télam