La Central de Trabajadores Argentinos (CTA), cuya conducción fue recibida por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuestionó hoy duramente al Gobierno nacional, al que acusó de estar "en falta" con esa agrupación y de no reconocerle la personería gremial "porque pensamos distinto".

"Nosotros no vamos a la reunión a pedir una cosa que no corresponde, en todo caso, el que está en falta es el Gobierno, que incurre en la contradicción de invitarnos a conversar y, al mismo tiempo, no le da cauce a lo que es una elemental demanda de democratización" como es reconocer la personería gremial, lanzó el diputado Claudio Lozano, uno de los principales referentes de la CTA.

El legislador criticó la postura de la jefa de Estado, quien ayer recibió a la conducción de la CTA encabezada por el docente Hugo Yasky, pero que en el transcurso de la reunión en la Casa Rosada no satisfizo la vieja demanda de la personería gremial ni el pedido para que la discusión de los aumentos salariales no incluya topes.

Durante el encuentro, según ratificó Lozano por radio América, la agrupación sindical advirtió sobre los "niveles de pobreza y la desigualdad distributiva" que afecta a grandes sectores de la sociedad argentina, el profundo "deterioro del salario" y la necesidad de normalizar el INDEC para terminar con la falta de credibilidad de las cifras que brinda ese organismo.

La Presidenta "hizo expresa su diferencia con nuestros criterios, pero lo más grave del caso es que uno debiera sacar de allí la conclusión de que la razón por la cual a nosotros no nos reconocen (el tema de la personería) es porque pensamos distinto", arremetió el diputado de Buenos Aires para Todos.

"Si hay un millón y medio de trabajadores que quieren estar en nuestra central de trabajadores deberían tener la libertad de poder hacerlo", advirtió el legislador.

Cuando se le preguntó si Cristina, en el marco de la audiencia, les pidió que moderen sus demandas de incrementos salariales, Lozano señaló que "no lo hizo tan expreso, pero obviamente está presente en las definiciones que el Gobierno toma".

"Nosotros sí dijimos que para nosotros no sólo no corresponde el tema de los techos, dado que los niveles de desigualdad existentes indicarían que más bien el Estado debiera preocuparse por fijar pisos, antes que techos", sino que esos topes "son inviables", puntualizó.

Lozano detalló que durante el encuentro con la mandataria, en primer término, se le indicó que si "no se revierte con mayor celeridad" la desigualdad distributiva "las condiciones de productividad de la fuerza laboral van a ser peores en la Argentina en el futuro".

"En segundo lugar, planteamos la preocupación por las bajas de las tasas de inversión y, en tercero, que también nos preocupa que 2007 ha sido el primer año -cuando uno hace los cálculos con el verdadero índice de precios- que muestra que la pobreza no sólo no baja sino que la indigencia, a raíz del aumento del precio de los alimentos, sube".

Para el dirigente, "los salarios se deterioran en términos de poder adquisitivo y la disminución del ingreso se hace más regresivo".

Ayer, Yasky comentó a la prensa que la reunión con la Presidenta "dejó el saldo de abrir una serie de canales" para dialogar y que la mandataria "reconoció la necesidad de que haya ámbitos de discusión".

Participaron además de la jefa del Estado y Yasky, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; los secretarios adjuntos de la CTA, Pedro Wasiejko y Pablo Micheli, y una veintena de miembros del Consejo directivo.

Los gremialistas, que se retiraron de Balcarce 50 sin lograr una definición sobre la personería, deslizaron que "la Presidenta dice que eso está en el ministerio de Trabajo, y el ministerio dice que sólo falta la decisión política".