La dos mujeres habían celebrado su unión matrimonial durante una ceremonia encabezada por el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, y habían sido bendecidas por el sacerdote Nicolás Alessio, quien fue separado de la Iglesia Católica por su posición a favor del matrimonio igualitario.

La niña, de nombre Angelina, nació en febrero pasado, y el matrimonio inició poco después los trámites para inscribirla en el Registro Civil con el apellido de las dos cónyuges. Pero por una disposición de ese organismo, sólo les permitían llevar el apellido de la mamá biológica y con el agregado de la leyenda "padre desconocido", cuando en realidad es anónimo ya que nació por el método de fertilización.

Carlos De Falco, abogado de Valeria y Daniela, aseguró que se logró inscribir a la niña "merced a una nueva interpretación de las normas por parte del organismo estatal, corrigiendo el formulario donde se menciona que es hijo de "don" y de "doña" para consignar que es hija de dos "doñas".

El abogado, en diálogo con la prensa, destacó que "más allá del derecho a la identidad de la persona, al inscribirse la niña como hija de ambas mujeres, se resguardan otros derechos y obligaciones que pudieran surgir en casos de divorcio, como la cuestión de tenencia, cuota alimentaria y derechos sucesorios".