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El anuncio de Barack Obama de restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba chocó con la férrea oposición de referentes del Partido Republicano y líderes de la comunidad cubana en Florida, lo que anticipa que se convertirá en uno de los temas más candentes de la carrera presidencial 2016.
Mientras todo el arco político estadounidense celebró la liberación del empresario norteamericano Alan Gross como parte del proceso de normalización de relaciones, las opiniones están muy divididas sobre el dramático cambio de política de Obama con respecto a Cuba.
"Las relaciones con el régimen de Castro no deben de ser revisadas, y mucho menos normalizadas hasta que el pueblo cubano pueda disfrutar de la libertad", afirmó el presidente de la Cámara de Representantes y el máximo líder republicano en el actual Congreso, John Boehner. En un comunicado difundido por su oficina, el veterano dirigente calificó la decisión de Obama de "insensata".
Otro que salió inmediatamente al cruce del mandatario fue el senador por el estado de Florida y uno de los referentes políticos del anticastrismo, Marco Rubio, que hace meses se baraja como uno de los posibles candidatos republicanos para la Presidencia en 2016. "Todo lo que esto hará es dar la oportunidad al régimen de Castro, que ya controla todos los aspectos de la vida humana, de manipular estos cambios y perpetuarse en el poder", sentenció en una conferencia de prensa el legislador.
Rubio fue tajante al advertir que a Obama le será muy difícil conseguir que el próximo Congreso que asume el 1 de enero, dominado por completo por los republicanos, derogue la ley que sostiene el bloqueo, como reclamó hoy el mandatario. "Tendrá un par de años muy interesantes pensando cómo nominará un embajador y cómo conseguirá financiar una embajada" en La Habana, afirmó el senador, amenazando indirectamente con bloquear la ratificación de un embajador en el Senado y los fondos necesarios para el funcionamiento de una embajada en Cuba.
Horas antes, cuando todavía Obama no había anunciado el golpe de timón que promete cambiar los últimos 50 años de política exterior hacia la isla, otro influyente senador con raíces cubanas, el demócrata Robert Menendez, había condenado el intercambio entre prisioneros. "Las acciones del presidente de Obama reivindican la actitud brutal del gobierno cubano", sentenció el legislador por Nueva Jersey y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Desde Florida, los grupos más radicales de la comunidad cubana también se opusieron sin miramientos a la decisión diplomática de Obama. "Me alegra que Gross esté libre porque estaba muy enfermo, pero esto es una derrota para Estados Unidos", sentenció Miguel Saavedra, presidente del grupo Vigilia Mambisa y uno de los cubano-estadounidenses que salieron a las calles del estado sureño para repudiar el anuncio presidencial.
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